Por Ignacio Serrano
Hunter Greene es un verdadero lanzallamas. Y si resulta ser un pitcher controlado, como parece hasta ahora, puede que sea el nacimiento de una verdadera estrella en las Grandes Ligas.
Greene es un pitcher novato de los Rojos de Cincinnati, que tiene un talento innato. Es un don suficiente como para no perderse en medio de la mediocridad de un equipo que decidió salir de sus principales figuras durante el receso invernal.
Debutó el 10 de abril. Y este sábado hizo su segunda presentación en la MLB, ante los Dodgers de Los Ángeles.
¿Y qué hizo de espectacular?
Greene lanzó 80 pelotas hacia el plato. Casi la mitad de esos envíos, 39 en total, superaron las 100 millas por hora.
No hay prueba de que otro monticulista lograra algo semejante en la historia de la Gran Carpa.
Y el desconcierto de sus oponentes fue evidente. Porque no solo la suelta duro. La pelota también se le puede mover con veneno.
«Es un brazo especial», admitió el manager de los Dodgers, Dave Roberts.
Desde 2008, cuando se completaron los complejos sistemas de medición con radares que existen en el Big Show, Jacob deGrom tenía el récord de más pitcheos sobre 100 millas por hora en un juego.
DeGrom, quien es para muchos el mejor serpentinero de la actualidad, soltó 33 candelazos de ese tipo el 5 de junio de 2021, con los Mets de Nueva York.
Greene no solo lo alcanzó, sino que también le sacó amplia diferencia. ¡Y con solo cinco inings de labor!
En 13 oportunidades forzó swings fallidos con pelotas que bajó a más de 102 millas por hora. Y el promedio de su recta este día fue 100,2 millas por hora. ¡El promedio!
«Nadie te la lanza a 102, nadie», exclamó Mike Moustakas, su compañero y antesalista, citado por el diario Cincinnati Enquirer. «He visto a algunos tipos que sueltan durísimo cuando salen del bullpen. Pero ser un abridor y hacer esa cantidad de pitcheos con tanta facilidad», es algo realmente asombroso».
A tal velocidad es más difícil reconocer los envíos y reaccionar ante ellos. Especialmente cuando la mecánica sobre la lomita no cambia.
Justin Turner pudo descifrarlo y le conectó un jonrón en el sexto inning que precipitó la derrota del recluta. Pudo sacar las manos a tiempo ante una lisa de 99 millas por hora en la zona interior del home.
«Lanza muchs strikes, a pesar de esa velocidad», le elogió Turner. «No nos regaló nada. Todo lo que consigas ante él, tendrás que ganártelo».
Greene es oriundo de Los Ángeles. Tiene solo 22 años de edad y aparece entre los mejores prospectos de 2022, tanto por Baseball America, como MLB Pipeline y Baseball Prospectus.
Creció en las tribunas del Dodger Stadium, aplaudiendo al equipo que esta vez le tocó enfrentar. Y durante una hora, dicen los reportes, estuvo con familiares y amigos tomándose fotos en el terreno de juego, una vez terminado el encuentro.
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Todos los pitchers de Grandes Ligas hicieron 77 lanzamientos sobre 100 millas por hora en esta naciente temporada, antes del fin de semana. Esa cuenta incluye los 6 que aportó Greene en su salida anterior, la de su estreno en la Gran Carpa.
Él solito tiró 39 más en esos cinco tramos de acción.
Su oponente, el mexicano Julio Urías, promedió 91,3 millas por hora con su recta, en la acera de enfrente. Esa fue la media del cambio de velocidad de Greene (91,2).
Es el nuevo lanzallamas del beisbol.
(Ignacio Serrano)
Publicado en El Tiempo Latino, de Washington, y El Planeta, de Boston, el domingo 17 de abril de 2022. Aquí el original.