Por Ignacio Serrano
El novato Diego Castillo vivió un día especial, con la fortuna de hacerlo frente a su familia. En su segundo juego en las Grandes Ligas consiguió también su primer hit.
El cohete de Castillo ocurrió en la misma jornada en que Miguel Cabrera llegó a 2.989 imparables, a unos cientos de kilómetros de distancia. El líder de todos los tiempos entre los venezolanos le da la bienvenida a otro integrante de la lista, cuando está a punto de completar los 3.000.
El joven no cabe dentro de sí. Ya el primer día se le vio grabándose con emoción, haciendo una panorámica en su primer estadio como bigleaguer.
FIESTA FAMILIAR
El hit de Castillo llegó como bateador emergente, en su cuarto turno en la Gran Carpa.
En la transmisión televisiva pudo verse la celebración que su parentela armó en las tribunas de un gélido Busch Stadium, la casa de los Cardenales de San Luis.
Fue también, claro, el primer doblete en la carrera del nativo de Barquisimeto.
El veterano relevista T.J. McFarland fue la víctima. Su nombre quedará, probablemente, en la memoria de Castillo, junto al trofeo que pidió guardar: la pelota de su primer hit.
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(Ignacio Serrano)
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