Por Marcos Grunfeld
Hace una década Johan Santana completó una de sus hazañas más importantes de las Grandes Ligas. El venezolano se convirtió en el primer pitcher de la historia de los Mets de Nueva York en tirar un juego sin hits ni carreras. El entonces elenco de Terry Collins derrotaron a los Cardenales de San Luis, quienes no pudieron con el dominio del merideño. El elenco de la Gran Manzana le rindió tributo en la víspera de cumplirse los 10 años de su gesta.
El zurdo se convirtió entonces en apenas el cuarto miembro de la legión vinotinto en conseguir la proeza en la Gran Carpa. Algo que para entonces solo habían conseguido Wilson Álvarez, Aníbal Sánchez y Carlos Zambrano.
«No me arrepiento de absolutamente nada», sentenció el tovareño a SNY. «Cada vez que crucé las rayas del diamante di todo para que mi equipo ganara. Los clubes para los cuales jugué saben cómo era yo cada vez que me montaba al montículo. Mi carrera no terminó como la gente ni yo queríamos, pero no me arrepiento de nada».
Santana realizó 134 pitcheos en aquel compromiso y desde entonces ha habido mucha especulación de que eso puso fin a su carrera. El monticulista había sido sometido a una cirugía en el hombro el año previo y después de la gesta tiró 10 veces más y no pudo volver a la Gran Carpa. El embajador vinotinto tenía apenas 33 años al momento de lanzar su última pelota en Las Mayores.
«La forma como los aficionados celebraron ese día fue increíble», recordó. «Ese es el recuerdo más bonito que tengo. Fue un día muy emocional que tendré presente para siempre. Era algo que no me esperaba. Uno como lanzador solo se enfoca en hacer su trabajo y recuerdo que ese día no tuve mi mejor repertorio. Fue después del sexto inning que me di cuenta que todo se estaba llevando a cabo».
El ex grandeliga celebró la década de su hazaña tirando el primer pitcheo del compromiso del martes. Después se tomó una foto con los autores del no-hitter más reciente del club, el cual ocurrió hace un mes y fue combinado entre Tylor Megill, Drew Smith, Joely Rodríguez, Seth Lugo y Edwin Díaz.
También aprovechó la ocasión para decirle a su antiguo estratega Terry Collins que puede dormir en paz y que solo recuerde lo bonito de ese día. Eso a propósito de la cantidad de pitcheos que hizo aquel día.
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(Marcos Grunfeld)
Si esa cant de lanzamiento acabo con su carrera, bueno, creo que valió la pena lo que logró, algo histórico.