Por Marcos Grunfeld
El bateador designado de los Tigres de Detroit Miguel Cabrera llegará al jueves con una racha de 13 juegos seguidos dando imparables. El futuro miembro del Salón de la Fama tiene 18 imparables en sus últimos 47 turnos y en ese lapso batea casi .400 de promedio. En ese mismo trayecto apenas ha remolcado 9 carreras y esa cifra aumentó porque ante los Guardianes de Cleveland remolcó tres, el miércoles.
A pesar de estar consistentemente alineado como tercer o cuarto bate ha fletado rayitas en seis de esos 13 cotejos que ha durado la seguidilla de imparables.
Contando la última velada contra la novena de Terry Francona, el venezolano batea para .386/.418/.491, con tres dobles, un jonrón y 25 impulsadas con corredores en posición de anotar. El gran problema es que casi no está recibido oportunidades en esa situación. Apenas lleva 55 turnos con compañeros en segunda o tercera base.
La explicación es muy simple, los compañeros del aragüeño casi no se están embasando.
Los Tigres de Detroit tienen uno de los peores porcentajes de embasados de todo el béisbol, apenas tienen .289 en ese renglón, casi 20 puntos por debajo de la media de .308. Y ocupan el penúltimo lugar, solo superados por los Atléticos de Oakland.
De hecho, el miércoles no fue muy diferente porque entre Riley Greene, Javier Báez y Robbie Grosman, quienes estaban alineados antes que Miguel Cabrera, apenas dieron tres cohetes en 12 turnos y negociaron un boleto. Pero el maracayero aprovechó una situación de dos en base en el quinto inning para sumar dos de sus tres impulsadas del día.
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DATO. Miguel Cabrera batea para .456 con dos outs y corredores en posición de anotar. Su OPS en esas circunstancias es de 1.110 en 29 viajes. Sigue siendo una máquina con gente a bordo.
(Marcos Grunfeld)
