Por Alexander Gómez
Max Scherzer regresó por primera vez desde el 18 de mayo y en seis entradas, permitió dos hits y 11 ponches, y todos sus lanzamientos funcionaron, incluyendo su recta de 94 a 97 mph en Great American Ball Park de Cincinnati.
“Estaba realmente impresionado con su comando tanto como cualquier otra cosa”, dijo el manager Buck Showalter. “Ojalá sea un buen augurio para el resto de la temporada. Max se va a sentir frustrado porque el equipo no ganó el juego, pero extrañaba esto, extrañaba estar en el campo. Me siento bien por él”.
Solo tuvo una entrada problemática y estaba en completo control. Más concretamente, estaba irritable cuando salió del montículo después de seis entradas y 79 lanzamientos, lo que significa que era el mismo de antes. Y salió ileso de su regreso a las Grandes Ligas.
“Me sentí muy bien, me sentí fuerte todo el tiempo y no me apretó”, admitió Scherzer. “Pude ubicar la bola rápida y tuve un slider muy bueno esta noche. Encontré algo en mi control deslizante y pude ejecutarlo y hacer un ajuste”.
El mánager Buck Showalter señaló que “ciertamente está preparado, eso es seguro”, lo cual no fue una sorpresa para un lanzador que había pasado casi dos meses esperando este momento.
“Buck tomará la mejor decisión para el club y para mi salud y mi salud a largo plazo”, comentó Scherzer. “Entiendo completamente de dónde venía. Dicho esto, no tuve ningún problema esta noche. Me sentí bien. Me sentí fuerte. Nada se estrechó. Quería llegar a ese conteo de 90, 95 lanzamientos, pero simplemente no querían enviarme allí para el séptimo”.
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Scherzer ponchó al primer bateador que enfrentó con una bola rápida cerca de la esquina exterior, luego dos más en el segundo, dos más en el tercero, y así sucesivamente. Abanicó a todos los bateadores de los Rojos al menos una vez.
Fue su juego de ponches de dos dígitos 107 de su carrera, colocándose quinto en la historia de MLB. También superó a John Smoltz en el puesto 18 de la lista de ponches de todos los tiempos, con 3.090.
(Alexander Gómez)
