Por Ignacio Serrano
Miguel Cabrera volvió a ser protagonista este lunes en la MLB, aunque no haya visto acción en el terreno. El astro de Venezuela se encontró con la prensa estadounidense en Los Ángeles, durante los eventos del Juego de Estrellas. Y como no podía faltar el tema del Clásico Mundial, confesó que sí le hace ilusión representar por quinta vez a la selección Vinotinto.
Sería un hito, aunque no esté garantizado ese llamado. ¿Estará finalmente presente en la edición 2023 del torneo internacional?
Juan Carlos Valle, director de la revista Strikeout, interrogó a Cabrera y le espetó de manera directa: ¿le hace ilusión competir nuevamente en el Clásico, aunque esté a las puertas del retiro?
«Sí», respondió el nativo de Maracay, sin dudar. «Representar el país de uno no tiene nombre».
También en MLB Network cuestionaron sobre el tema a Cabrera. Y allí agregó que solo tiene una condición, en caso de ser convocado por quien resulte ser el piloto.
«Si me llevan al Clásico, lo único que quiero es no quitarle la oportunidad a algún jugador más joven», indicó. «Hablaría con el manager para ver de qué manera puedo contribuir sin que eso pase. Pero sí, me gustaría estar y apoyar al equipo».
Cabrera batea para .287 y es el cuarto designado con más hits esta temporada. Fue seleccionado por duodécima vez al Juego de Estrellas, esta vez como selección del comisionado de la MLB, Rob Manfred, junto al astro dominicano Albert Pujols.
AÑO Y MEDIO PARA EL ADIÓS
Valle preguntó a Cabrera cómo imagina la recta final de su carrera, que según el propio jugador ha adelantado, terminará con el último out de la campaña venidera.
«Quiero imaginarme (en esa última temporada) saludable y ganando partidos», respondió. «Y que Detroit pueda remontar con una temporada ganadora».
«No me quiero salir de la pelota», agregó. «Quisiera ayudar a los muchachos. No como coach, pero sí como asistente o en lo que me pongan a hacer. Quiero algo que me mantenga activo, que me mantenga en la pelota y lo pueda disfrutar».
La sesión previa a la práctica de bateo permitió el encuentro de amigos: Cabrera y Pujols. Y el slugger quisqueyano se convirtió en objeto de afecto y admiración, pues su adiós sí ocurrirá este mismo año.
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(Ignacio Serrano)
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