Por Ignacio Serrano
Miguel Cabrera ha hecho muchas cosas extraordinarias en esta temporada: llegó a 3.000 hits y supera antiguas leyendas de la MLB casi a diario. Pero quizás lo más extraordinario, por inesperado, haya sido la base que se robó esta semana.
Cabrera llegó a 40 estafas en su carrera de 20 años, a una media de dos por cada temporada que ha jugado. Pero, claro, lo sucedido con él en los últimos años hace que el suceso sea más raro.
El nativo de Maracay solo ha robado 4 almohadillas desde 2014. Fue en aquella campaña cuando comenzaron sus problemas en la parte baja del cuerpo. Jugó con un hueso roto en un pie en parte de ese torneo y al finalizar fue operado del pie y el tobillo. En los últimos campeonatos, además, ha tenido que jugar con el dolor que le causa una lesión crónica de rodillas.
A pesar de eso, sorprendió a todos al irse en pos de la tercera almohadilla el martes, contra los Reales de Kansas City.
El periodista Efraín Ruiz Pantin apeló al sentido del humor para poner a Cabrera en el club 40-40…
Pero claro que no se refería al 40-40 en una temporada, sino de por vida:
Hasta la cuenta oficial de los Tigres en Twitter bromeó con el asunto:
El propio Cabrera tomó con humor su asalto a la esquina caliente.
«Como dijo Rickey Henderson, cuando te tienes que ir, te tienes que ir», señaló después del juego.
En la cuenta en inglés de los bengalíes ubicaron a Cabrera en el escalafón de todos los tiempos entre los estafadores de la MLB: sí, empatado en la casilla 1.869.
Y como pusieron a rodar en las redes: ¿cómo se vería si en el contador del Comerica Park, además de los hits y cuadrangulares, llevan en adelante las estafas?
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(Ignacio Serrano)
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