Por Marcos Grunfeld
La segunda mitad de la temporada de las Ligas Menores arrancó con dos venezolanos sobre las 30 bases robadas, un arte que cada vez es más escaso en el béisbol. Uno de ellos es el infielder Wilber Sánchez, uno de los mejores reclutas de los Medias Blancas de Chicago que incluso está clasificado entre las 30 mejores promesas de su organización, según MLB Pipeline.
El artillero es un campocorto caraqueño que pertenece a los Caribes de Anzoátegui en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y actualmente está en Clase A (Media).
«Ese es mi estilo de juego, por eso me dicen ‘La Chispa’ porque siempre tengo que estar muy activo», sentenció el joven de 20 años en una entrevista con The Beatwriter. «Yo en el dugout siempre estoy pendiente de lo que hace el pitcher. Soy bueno leyendo a los lanzadores rivales».
El torpedero comparte con su compatriota Wilderd Patiño la gesta de haber concluido la primera parte de la zafra con más de 30 almohadillas escamoteadas. El jardinero oriundo del territorio guayanés es el líder entre sus paisanos con 55, hasta el momento de escribir esta nota.
En tanto, Wilber Sánchez llegó al martes con 32 cojines estafados en 78 encuentros y se perfila también a superar las 45 bases robadas.
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(Marcos Grunfeld)