Por Ignacio Serrano
El gran Bruce Sutter, uno de los mejores relevistas de todos los tiempos y miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, murió inesperadamente este viernes, informó su familia sin ofrecer detalles sobre la causa del fallecimiento.
La noticia envuelve en luto a las Grandes Ligas y a todos los seguidores del beisbol que recuerdan su gran capacidad sobre la loma. Termina su vida demasiado temprano, a los 66 años de edad, del mismo modo que demasiado temprano terminó su carrera en el Big Show, debido a lesiones que le acosaron a partir de los 33.
Sutter se retiró con 300 salvados exactamente y se convirtió en el cuarto apagafuegos en conseguir una placa de bronce en el templo de los inmortales. Pero 283 de esos rescates ocurrieron en sus primeras 10 temporadas, entre 1976 y 1985. En esa última justa tenía 32 años de nacido y estaba en el pináculo de su carrera.
«Nuestro padre siempre quiso ser recordado como un gran compañero de equipo, pero era mucho más que eso», publicó la familia del legendario tirador, a través de un comunicado que fue divulgado por la agencia The Associated Press.
«También fue un gran esposo para nuestra madre durante 50 (años), fue un gran padre y abuelo y fue un gran amigo», agregó la declaración familiar. «Su amor y pasión por el juego de beisbol solo puede ser superado por su amor y pasión por su familia».
LA LEYENDA
Sutter saltó a las Grandes Ligas con los Cachorros de Chicago y de inmediato brilló. Se convirtió en el alter ego de Rich Gossagge y principal sucesor de Rollie Fingers, los más reputados apagafuegos de entonces.
A poco de su debut con los Cubs se convirtió en cerrador. Y ese sería su rol para siempre, gracias a una buena recta y, sobre todo, a una tenedor envenenada, que le dio éxito, fama y fortuna.
Fue líder en salvamentos de la Liga Nacional en cinco ocasiones. Las dos primeras, con el Wrigley Field como su hogar. Pero fue cambiado por Chicago a San Luis cuando se acercaba la posibilidad de que se declarara agente libre.
Con los Cardenales vivió lo mejor de su carrera, que ya había empezado muy bien. Entre 1981 y 1984 encabezó el viejo circuito en cuatro de cinco temporadas con sus totales de victorias preservadas, llegando a un tope de 45 en la última justa.
Fue el encargado de conseguir el último out para la conquista de la Serie Mundial de 1982 ante los Cerveceros de Milwaukee.
Sutter se declaró agente libre después de eso y pactó con los Bravos. Pero las molestias en el brazo empezaron y ya no fue el mismo. Mermó su dominio en 1985, perdió casi todo 1986 y todo 1987, tras pasar por el quirófano. Su intento de volver en 1988 resultó infructuoso. Colgó los spikes mucho antes de lo que ha debido hacerlo, de haber estado sano.
«Fue el primer lanzador en llegar al Salón de la Fama sin abrir un solo juego, y fue una de las figuras clave que presagiaron cómo evolucionaría el uso de los relevistas. Será recordado como uno de los mejores pitchers en la historia de dos de nuestras franquicias más históricas».
Comisionado Rob Manfred en un comunicado de MLB
Asistió a 6 Juegos de Estrellas. Ganó 4 veces el Premio Rolaids al mejor cerrador de la MLB. Y obtuvo el Cy Young en 1978.
Paz a su alma.
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(Ignacio Serrano)
Foto: @cardinals
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