
Por Ignacio Serrano
Los castigos por 40 juegos contra Edubray Ramos y por 35 contra Asdrúbal Cabrera, principales protagonistas de la brutal gresca ocurrida la semana pasada en Puerto La Cruz, son las suspensiones más duras que ha decidido la LVBP desde la creación del Código de Ética, que vela por la buena conducta y deportividad dentro y fuera de los diamantes venezolanos.
Ramos y Cabrera ya habían sido apartados por sus equipos, Tiburones de La Guaira y Caribes de Anzoátegui, a la espera de concluir la investigación por parte de la liga. La gravedad de sus agresiones llevó a los clubes a dar ese paso.
La pena máxima para un pelotero según la normativa vigente es de solo 20 encuentros, «dependiendo de la gravedad e intencionalidad del hecho». Pero Amador Montes Bolet, gerente de Operaciones del circuito, explicó a El Emergente que el artículo 21.18 permitió superar con creces ese límite. Dice ese punto del código: «Los hechos podrán se acumulativos, en cuyo caso se sumarán los tiempos de suspensión».
Las suspensiones contra Ramos y Cabrera les apartarán durante el resto de la ronda eliminatoria y pueden terminar siendo, en los hechos, sanciones por el resto del campeonato.
El pitcher, que agredió de manera gravísima al también lanzador Liarvis Breto, lanzándole una pelota a la cara en plena tángana, quedaría habilitado para volver en algún momento de los playoffs, si los Tiburones avanzan.
El infielder, que inicio la pelea al lanzar un puñetazo a la cara de Carlos Castro, cuando éste cruzaba de primera a segunda con un jonrón, también depende de que Caribes entre al Round Robin para saber si será elegible para reaparecer en la 2022-2023.
EL CASO TORREALBA
Los ocho equipos aprobaron la redacción del Código de Ética durante la presidencia de Oscar Prieto Párraga, como respuesta a crecientes situaciones de violencia en la LVBP.
El caso del catcher Yorvit Torrealba, al agredir en pleno juego al árbitro Darío Rivero Jr., fue el disparadero definitivo para redactar una normativa.
Pero Torrealba no fue el sancionado más ejemplarizante entre las suspensiones aplicadas por la liga antes de aparecer este reglamento. Ese sitial lo ocupa el magallanero Carl Everett, debido a su papel en una tángana en el estadio José Pérez Colmenares de Maracay, con el agravante de haber subido a las tribunas para arreglarse a puñetazos con algunos fanáticos tigreros.
Everett fue expulsado de por vida de la LVBP.
Al menos otros tres casos de suspensiones, halladas por ElEmergente.com en una primera investigación sobre el tema, penaron por una o más campañas a los autores de distintas infracciones.
El nombre más llamativo es el de David Concepción, miembro del Salón de la Fama de los Rojos de Cincinnati y del Beisbol Venezolano.
Concepción fue expulsado de la justa 1976-1977 por golpear con el guante en la cara al umpire Juan Loayza.
Entre las suspensiones más célebres está la de Agui, la mascota de las Águilas del Zulia. Sí, la liga le apartó de sus labores de entretenimiento en el terreno alegando irrespeto contra los árbitros. Eso, que sucedió hace alrededor de una década, fue decidido para sancionar un gag de Agui dirigido contra las sentencias de los oficiales, saliendo al campo con un bastón y unos lentes oscuros y actuando como si se tratara de un cieguito.
El Emergente recopiló algunas de las sanciones más duras no relacionadas con dopaje que se han aplicado en la LVBP, antes y después de la creación del Código de Ética.
ANTES DEL CÓDIGO
De por vida. Carl Everett (Magallanes), 1996. Violencia en las tribunas.
3 años. Enos Cabell (Tigres), 1976. Obscenidades dirigidas al público.
2 años. David Rosario (coach, Águilas), 2011. Agresión física a un umpire.
1 año. David Concepción (Tigres), 1976. Agresión física a un umpire.
66 juegos. Yorvit Torrealba (Leones), 2011. Agresión física a un umpire. El castigo abarcó una temporada completa.
18 juegos. Luis Dorante (manager, Caribes), 2005. Agresión física a un umpire.
Aunque Everett fue expulsado de por vida al subir a las tribunas para pelear con fanáticos, otros casos semejantes no fueron tratados igual. Héctor Giménez y Raúl Chávez (Tigres) recibieron castigos de 8 y 5 juegos, respectivamente, por protagonizar un episodio parecido en el estadio Universitario, en 2011. Y antes, Randall Simón y Juan Rivera (Caribes) fueron sancionados incluso con mayor levedad después de subir a las tribunas del Chico Carrasquel para liarse a golpes.
DESPUÉS DEL CÓDIGO
40 juegos. Edubray Ramos (Tiburones), 2022. Agresión con especial violencia durante una tángana.
35 juegos. Asdrúbal Cabrera (Caribes), 2022. Violencia para iniciar una tángana.
20 juegos. Alex Romero (Águilas), 2020. Violencia para iniciar una tángana.
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UN DATO. La LVBP aún está en proceso de determinar los castigos por la tángana que el mismo día ocurrió en Valencia entre Caracas y Magallanes. Se espera que el cerrador Bruce Rondón y el manager Yadier Molina, entre otros, reciban severos llamados de atención de la liga y reciban suspensiones, una vez termine de sustanciar el caso.
(Ignacio Serrano)
Foto: Boston Red Sox
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Voy hacer un comentario aunque nunca son publicados, seguramente tienes la piel sensible, pura hipocresía pues lo que pasó en esos escenarios es para no volver a ver algunos de ellos nunca más pero…primero el negocio y no el profesionalismo..
Pues al unico que nunca vieron mas fue a Everett