Por Ignacio Serrano
Termina la primera vuelta del Round Robin semifinal de la LVBP. Y, para coronarla, este viernes chocan los dos líderes, con el interés de averiguar quién de los dos, Cardenales o Tigres, se queda con el primer lugar.
Lara, se sabe, fue uno de los dos grandes en la ronda eliminatoria. Pero Aragua no está parado a su lado en estos playoffs por una simple casualidad. No perdamos de vista el dato: desde que Wilfredo Romero es su manager, es la tercera divisa con más victorias.
Eso hace más atractivos estos primeros duelos del todos contra todos.
Ambos llegan con buen impulso al estadio Antonio Herrera Gutiérrez. Los pájaros rojos masacraron a los Leones, con 12 carreras en un inning y 19 en todo el encuentro del jueves. Y los bengalíes blanquearon por segunda fecha consecutiva a sus oponentes ahora a los Navegantes, y volvieron a tronar sus bates, al punto de sumar 14 rayitas en los últimos 16 innings.
Tal despliegue de uno y otro permite recordarnos lo obvio: estamos ante dos buenos lineups, que invitan a creer en repetidos duelos de batazos.
Los alados cerraron la fase regular con la segunda mayor cifra de anotadas en el circuito. Y los rayados terminaron segundos en average colectivo (.296), terceros en promedio de embasado (.372) y terceros en OPS (.787).
Por supuesto que hay diferencias. Hay más paridad en el lineup de Cardenales, como lo prueba la producción de su noveno bate, Yojhan Quevedo (.323 en la eliminatoria y .500 en la semifinal) y el total de carreras conseguidas en la eliminatoria. Pero la relativa falta de los Tigres en el largo plazo de la campaña regular se debió a la también relativa carencia de extrabases (fueron cuartos en slugging, con .415). Si eso cambia, como se esfuerzan en cambiarlo Cafecito Martínez y sus compañeros, habrá que tomar en serio a los felinos.
Porque la gerencia hizo su tarea en la Ciudad Jardín. La adquisición de David Ramos, el buen regreso de Guillermo Moscoso y las últimas actuaciones de Solomon Bates permiten pensar en una rotación estable para Aragua. Y eso es algo que nunca han tenido hasta ahora. Si el zurdo Ángel Padrón repite su cosecha de entre octubre y diciembre, con efectividad bajo cuatro puntos, el bullpen estará mucho menos exigido.
Y ese cuerpo de relevistas es ahora un poco mejor, tras la llegada de Yénder Cáramo. Más vale no confiarnos en el feo largo plazo que asoma esa efectividad grupal de 5.39 hasta diciembre, porque la mirada cercana asoma una mejoría progresiva que se esconde detrás de esas estadísticas macro.
Así que este viernes sí es posible un tope de pocas rayitas, porque abre Bates y va contra Keyvius Sampson, el mejor entre todos los pitchers crepusculares con más de 1.2 entradas lanzadas, con 1.74 de promedio.
Un tope así de cerrado es posible siempre y cuando el relevo largo no tenga que venir temprano, especialmente en el caso de los bengalíes. Porque, sí, al menos cuando estamos por terminar la primera vuelta del todos contra todos, los larenses parecen tener algo más de recursos que sus rivales.
Allí podría estar la diferencia al poner frente a frente a los Tigres y Cardenales: los aragüeños tienen las armas, pero ahora mismo no las tienen en abundancia. El cara a cara de los abridores muestra a un Sampson que llega un poco mejor que Bates. Hay más brazos en el bullpen emplumado para atender situaciones tempranas. Y su potencial para dar extrabases (segundos en jonrones durante la 2022-2023) también es un hándicap. Contra todo eso juegan los bengalíes, buscando sorprender a los dueños de casa.
(Ignacio Serrano)
Fotos: Daniel Sosa / Prensa Cardenales de Lara y José Ramón González / Prensa Tigres de Aragua
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