EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
El venezolano Tucupita Marcano acaba de recibir una suspensión de por vida en el sistema MLB. No podrá volver a jugar en las Grandes Ligas, y tampoco en las sucursales que tienen los 30 equipos en las Ligas Menores. Anunció el comisionado Rob Manfred que el antiguo prospecto es culpable de apostar. Y por lo tanto, queda expulsado para siempre del Big Show. Como el gran Pete Rose.
Me sorprendió la cantidad de mensajes de protesta que he leído en las redes sociales y en la sección de comentarios de ElEmergente.com, comparando el caso del bigleaguer deltano con el reciente caso de Shohei Ohtani. Una parte de la fanaticada local acusa a Manfred de ejercer un doble rasero, una doble moral. Y por eso escribo esta columna, buscando cuáles son los paralelismos entre ambas historias.
Quiso el azar que ambos casos coincidieran esta semana en la primera página de ESPN.com y otros portales informativos. Este martes se conoció el comunicado de MLB contra TUCUPITA MARCANO. Y pocas horas después, en la Costa Oeste, IPPEI MIZUHARA, ex traductor y asistente de SHOHEI OHTANI, se declaró culpable en una corte federal.
¿Por qué el astro japonés puede seguir jugando y el venezolano no? ¿Es porque el nipón genera millones de dólares y el suramericano no pasa de ser un bigleaguer de segundo nivel? ¿Es odio hacia los hispanoamericanos, como escriben algunos? ¿Hipocresía?
Pues bien, vayamos por partes.
¿De qué se acusa a Marcano? De haber apostado casi 100.000 dólares en juegos de Grandes Ligas, incluyendo encuentros de su propio equipo entonces, los Piratas de Pittsburgh.
¿Y de qué se acusa a Ohtani? De nada. Una investigación federal contra el crimen organizado –no de la MLB, sino de agencias federales– determinó que el pelotero fue víctima de una estafa por parte de Mizuhara. El traductor espera ahora la sentencia del juez. La conoceremos en octubre. Por el caso principal por el que fue a juicio puede ser penado hasta con 33 años de cárcel. Aceptó haber cometido fraude, estafa y suplantación de personalidad.
¿Quién de ustedes está dispuesto a ir a la cárcel para proteger a un tercero, que además no es familiar ni pariente?
Habrá quien cite el caso de Barry Bonds y su coach personal Greg Anderson. El entrenador fue una pieza clave en el comprobado dopaje de la súper estrella. Puesto que no quiso declarar como testigo en su contra ante un Gran Jurado, pasó tres períodos cortos en prisión. Sumó poco más de 15 meses tras las rejas.
Es probable que Bonds haya retribuido generosamente el silencio de su trainer. Gracias a eso, el jonronero fue declarado no culpable en el juicio que siguió al Caso BALCO, cuando fue acusado de mentir a un Gran Jurado, hace casi 20 años ya. Pero hay una enorme, gigantesca diferencia: Anderson sabía que pasaría meses a la sombra, no 30 años.
Aunque Mizuhara pueda terminar siendo deportado después de cumplir la primera parte de la pena, la diferencia entre uno y otro caso es similar a la que hay entre Clase A y Grandes Ligas.
Pero supongamos que las agencias federales que investigaron a Ohtani lograron convencer al traductor de asumir todas las culpas que en realidad eran del pelotero. Ni siquiera así hay un paralelismo con Tucupita Marcano.
¿Qué hizo Ippei Mizuhara? Utilizar la cuenta bancaria de Shohei Ohtani para hacer apuestas ilegales millonarias. Según la investigación federal, ganó 142 millones de dólares, pero también perdió 182 millones más. No apostó en el beisbol. Y ojo, que esto es más que una anécdota, como veremos a continuación: NO APOSTÓ EN EL BEISBOL.
El venezolano sí apostó en el beisbol. Lo hizo a través de apostadores legales, por cierto. Y esto es otra diferencia crucial. Por eso no hay agencias federales queriendo llevarlo a juicio, como sí las hubo en el caso anterior. Pero como el infielder sí apostó en juegos de Grandes Ligas, incluso en encuentros de su propio equipo, faltó a una regla básica de la MLB, que desde 1920 veta toda relación de sus peloteros y empleados con las apuestas vinculadas a la Gran Carpa.
A Marcano no le han expulsado por apostar, simplemente. Y tampoco a Pete Rose. Apostar en el beisbol –y Rose también lo hizo en juegos de su propio equipo, por cierto– es la razón por la que Rose nunca pudo volver a uniformarse. Y es por ello que permanece fuera de la planilla de votación del Salón de la Fama.
Lo dice claramente el comunicado de Rob Manfred: «La antigua prohibición de apostar en los juegos de las Grandes Ligas por parte de quienes practican este deporte ha sido un principio fundamental durante más de un siglo».
Este problema no habría existido si Marcano se hubiera limitado a apostar en casinos o en los caballos, por ejemplo. ¡Caray, si hoy la industria beisbolera de la MLB acepta el patrocinio de casas de apuestas! Y como lo que hizo no es ilegal, pues no terminará delante de un juez.
No parece tener sentido alguno que Mizuhara acepte una sentencia de 33 años de cárcel para proteger a «su amigo», con la idea de perder los mejores años de su vida en prisión y luego disfrutar lo que supuestamente le pagarían por debajo la mesa, en caso de que todavía esté vivo cuando sea septuagenario. ¿Alguno de ustedes aceptaría ese trato? ¿De verdad?
Pero incluso si eso tuviera sentido, Mizuhara NO APOSTÓ EN JUEGOS DE GRANDES LIGAS. Y el problema ni siquiera estuvo en que apostara, sino en que lo hiciera a través de corredores ilegales. Eso lo puso en la mira de los investigadores y terminó revelando su fraude.
Porque tanto el traductor como Ohtani fueron investigados nada menos que por oficinas federales estadounidenses. La MLB apareció después y se limitó a aceptar los resultados de las pesquisas. Lo de Marcano, en cambio, sí estuvo en manos del comisionado todo el tiempo, PORQUE NO SE TRATABA DE UNA CONDUCTA ILEGAL. Lo suyo violó las reglas del Big Show, por eso lo suspenden de por vida. Pero no violó la ley. Por eso no va a la cárcel.
Pero hay más: otros cuatro peloteros también fueron sancionados junto a Tucupita Marcano. Los castigos no pasaron de la suspensión por un año. ¿Por qué? Porque no eran parte de las Grandes Ligas al momento de hacer sus apuestas.
En ese cuarteto hay un pitcher de los Atléticos, Michael Kelly, de brillante desempeño esta temporada (3-2, 2.59 de efectividad, 151 de efectividad ajustada). Pero recibió el atenuante porque sus apuestas ocurrieron cuando estaba en las Menores.
También hay un latino, por cierto: el dominicano José Rodríguez.
Por supuesto, hay quien escribe para protestar alegando que lo del venezolano esconde un presunto odio hacia los hispanos. Y sí, el expediente del racismo nunca falta, porque Estados Unidos es un país con una historia oscura al respecto. Pero no solo un tercio de los grandeligas actuales son latinoamericanos, no solo celebra la MLB el mes de la hispanidad y cada vez son mayores las expresiones con que la Gran Carpa quiere mostrar con orgullo sus lazos con quienes hablamos español.
¡Claro que hablar de racismo no pega aquí, porque Mizuhara y Ohtani son asiáticos, es decir, racializados…!
Pero si todo se debe a un supuesto odio exclusivo hacia los latinos, ¿por qué Rodríguez no fue suspendido de por vida también? ¿Y por qué tres estadounidenses blancos recibieron sanciones junto al dominicano? Porque sí, además de Kelly, quedan fuera temporalmente Jay Groome y Andrew Saalfrank, por similares motivos.
Por supuesto que duele la expulsión de Tucupita Marcano. Es un joven talentoso que no ha hecho daño a nadie. Su padre es un hombre de bien, que nos regaló alegrías y batazos a quienes amamos el beisbol. Claro que duele.
Pero el muchacho violó una regla que aparece escrita con letras capitales en todos los clubhouses de las Grandes Ligas. Y la pena por ello, la norma lo dice claramente, es la suspensión de por vida. Así le pasó a PETE ROSE, que hoy todavía sigue fuera, a pesar de que en su momento era un símbolo incluso más importante que SHOHEI OHTANI para la MLB. Y Rose, blanco y estadounidense, que debería estar en Cooperstown, que debería seguir siendo imagen del Big Show –y por lo tanto debería seguir generándole ganancias al Big Show–, Rose está fuera para siempre, porque rompió una regla que sabía que existía y que nunca debió romper. Igual que el venezolano.
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O revisa aquí el archivo de columnas.
Foto: captura de MLB Network
… ese japones aposto , ese se echa la culpa u esta ganando ese sale millonario de labcarcel
Bueno salir millonario de la carcel despues de 33 años suena a muy mal negocio
Ignacio estoy de acuerdo con todos tus planteamientos, me parece que el análisis no tiene fisuras. Marcano falló en una regla que es bien conocida y cuyo castigo también es bien conocido. ya sea por ignorante o por lo que sea el castigo esta justificado. Podemos discutir si es exagerado o no, pero es lo que esta establecido.
Uno entiende que estos castigos tan severos se debe al hecho de que se debe evitar la suspicacia que genera que un pelotero apueste en el beisbol y mas aun en los juegos de su equipo (creo que uno de atenuantes de los otros 4 fue que no apostaron a su equipo, apostaron a juegos de la MLB y estaban en las menores).
Dicho esto pregunto yo, ¿no levanta suspicacias que la MLB, quien maneja todas las reglas del beisbol, asigna árbitros etc etc tenga como patrocinantes casas de apuesta? ¿No puede tomar decisiones que puedan estar ligadas a apuestas legales? . De hecho hasta hace nada la MLB se mantuvo alejada del mundo de las apuestas y creo que los otros deportes también, tanto que ni siquiera era bien visto que hubieran equipos deportivos en Las Vegas y ahora resulta que hay de casi todos los deportes.
Repito Marcano rompió una regla bien clara y le toca pagar por ello, eso no se discute. Pero a la vez trae a la mesa de discusión otros elementos que por lo menos son dignos de análisis un poquito mas profundo. En este caso puede parecer que por parte de la empresa (MLB) se presume buena fe en sus contactos con las apuestas y por parte de la persona se presume mala fe al apostar en juegos de su equipo , cuando ni siquiera estaba jugando y de paso no le aposto a que perderían, le aposto a ganador.
Estimado Sr. Serrano, considero y entiendo su bien documentado comentario, pero en la época actual de mandato en los Estados Unidos de Norteamérica pongo en duda las acciones del gobierno y sus instituciones y a pesar de que lo asemeje a casos políticos le nombro dos como referencia: la liberación de los sobrinos de Cilia Flores implicados en narcotráfico y luego la de Alex Saad tambien implicado en una serie de delitos como lavado de capitales o narco lavado, corrupción, etc. Entonces ¿a quién creerle que es justo?
No digo que Ohtani sea culpable pero decir que sea TOTALMENTE inocente no me la creo. Despuès de los «juicios» a O, J, Simpson y a Michael Jackson en donde los declararon «not guilty» no creo mucho en la imparcialidad hacia las celebridades.
Yo me preguntó..cuál es la diferencia entre apostar siendo jugador de ligas menores y de liga mayor..??..el hecho de realizar apuestas de mlb es igual en cualquier categoria..OHtANI SI SABIA QUE SU Representante ESTABAS APOSTANDO Y ESTABA COMETIENDO FRAUDE..EL BANCO PASA SU REPORTES DE MOVIMIENTOS AL CLIENTE MENSUALMENTE ..PORQUE LA MLB ACEPTA PATROCINIO DE CASAS DE APUESTAS..??
Ohtani demandó a su asistente en este juicio que acaba de terminar esta semana. Y según el juicio, sus abogados probaron el fraude y engaño del traductor. ¿Qué otra prueba necesitas, Elio?
Demasiado acertado, como siempre. Saludos.
Gracias, Cérsar
Duelale o no está bien expulsado si está escrito y ya saben lo que le pasó a un figura como Pete Rose para que se pone a inventar que le sirva de ejemplo a otros peloteros jóvenes para que no arruinen sus carreras
Un error lo comete cualquiera, ahora a pensar en frio y ver donde retoma su carrera! Loe errores se pagan, pero el mundo sigue adelante y lo importante es que siempre Dios nos tiene un nuevo horizonte para conquistar… Basta ya!! De estar insultando a este muchacho en las difrentes redes sociales. «El que este libre de pecado que lance la primera piedra»
Pues la verdad es que los japoneses tienen una mentalidad muy diferente a los latinos. Es dificil pensar que un latino esté dispuesto a ir 33 años a la cárcel aceptando un pago millonario por declararse cupable en un delito para proteger a otra persona, pero un japonés…. no sé.
A mí se me ocurre, por ejemplo, que Ippei Mizuhara acepte el pago por ir a la cárcel en favor de su familia. Creo que es algo que incluso algunos latinos pueden llegar a hacer. En todo caso, por el lado de las diferencias entre un caso y otro, está plenamente aclarado que no hay similitudes más allá de la palabra común en ambos casos: Apuesta.
Salu2.