Carlos Mendoza tomó decisiones importantes a lo largo de la temporada que lo llevaron hasta octubre, pero las más importantes de todas fueron las que tomó en el juego más crucial de todos, el primero del lunes.
«Podemos escribir un libro con todo lo que pasó esta temporada», dijo al rompe el manager de los Mets mientras celebraba su pase a la postemporada.
En su primer año, Carlos Mendoza recibió un equipo que no estaba entre los favoritos para pasar a la postemporada. Sin embargo, desde su nombramiento, el timonel venezolano sabía lo que tenía entre manos. «Siempre supe lo que este equipo era capaz de hacer», contó a los medios en Nueva York.
«Fueron muchos momentos a lo largo de la temporada», destacó. «Tanto fuera como dentro del terreno. «Sabíamos que teníamos algo especial. ¡Qué privilegio! ¡Qué honor! Como tú mismo dijiste, mi primer año como manager y aquí estamos celebrando». Luego pasó a dar las gracias a toda la organización por lo sucedido.
Los Mets a cargo del venezolano fueron, quizá, una remembranza de aquellos «Milagrosos Mets» de los años 70. Sobre todo por el comienzo que tuvieron y en la división en la que están.
Con Filadelfia y Atlanta como favoritos indiscutidos y otros equipos más fuertes en el resto de la Nacional pocos creían en ellos. Comenzaron con 0-3 en marzo, luego 15-11 en abril. Pero en mayo no jugaron como esperaban y con un récord de 9-19 estaban muy lejos de las posiciones clasificatorias.
Fue cuando explotaron las cosas y la máquina comenzó a engranar. «Tengo buenos peloteros, buenos coaches, excelentes personas y de eso se trata todo esto», destacó el venezolano en medio de un baño de champaña.
«Las relaciones, cómo nos conectamos, como nos relaciones entre nosotros», dijo con voz quebrada. «Nosotros salimos allá afuera y los hicimos. No es acerca de Carlos Mendoza, es sobre ese grupo de personas que vez allí celebrando», contó.
Los Mets finalizaron la primera mitad de la temporada con marca de 49-46 a 12,5 juegos de la punta y a 4,5 de los Bravos, pero en la segunda parte fue cuando apretaron el acelerador y acabaron con 40 y 27, para finalizar empatados con Atlanta con récord global de 89-73. ¡Este martes juegan contra Milwaukee para la serie del comodín!
«Ahora lo que nos toca es seguir ejecutando y creyendo en nosotros», soltó. «No podemos olvidar a nuestros fanáticos. ¡Crean en nosotros, porque nosotros estamos creyendo en esto! Nadie pensó que íbamos a estar aquí y aquí estamos».
En medio de la algarabía, con el grupo de peloteros a su alrededor, en el clubhouse, el timonel dijo algo que fue verdad: «En mayo todos nos decían que íbamos a ser vendedores, que no íbamos a pasar pero ustedes se reagruparon como equipo y lo hicieron posible».
Luego trajo a la memoria aquellas palabras de J.D. Martínez en el Spring Training. «J.D. dijo que era adicto a los playoffs y se burlaron de él. Pues aquí estamos. ¡Lo hicimos!»
CARLOS MENDOZA MANEJÓ BIEN SUS PIEZAS
El récord de los Mets en juegos por una carrera fue de 28-16, una muestra clara de cómo puedo el estratega manejar el pitcheo. «Tenemos grandes personas aquí», explicó. «Esta es una organización de primera clase y quiero que sepan que este es nuestro estándar».
La mejor manera de chequear cómo el larense fue bajo presión es el último juego. Estuvieron abajo en la pizarra 0-3 y con tino mantuvo la nave a flote, se fueron arriba en el octavo con un rally de seis carreras. Trajó a Edwin Díaz para sacar un salvado de cinco outs.
Pero el boricua falló en ese octavo inning. Hasta el mismo Mendoza salió a hablar con él. «¡Confía en mí! ¡Este juego es mío!», le espetó el boricua. Y así fue. Sorteó el temporal y el noveno sacó los tres outs.
Ya se habla de Carlos Mendoza y Pat Murphy como el 1-2 para el premio «Manager del Año». Ambos demostraron el temple de conocer el oficio y de manejar a un grupo de pelotero de manera perfecta.
Pero a Mendoza hay que darle mérito, porque lo hizo en Nueva York y le demostró a la Gran Manzana que no solo allí mandan los Yanquis, también están sus Mets, un equipo capaz de hacer milagros.
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Los Mets de Carlos Mendoza tuvieron una buena labor en los Interliga. Su récord de 24-22 así lo indican. Para el domingo 2 de junio estaban 11 juegos por debajo de los .500. «Sencillamente creemos en nosotros mismos y nunca nos dimos por vencidos. Así de fácil», explicó.
FOTO: Captura MLB Network