EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
La eliminación sin atenuantes del Magallanes deja a una legión de aficionados con el corazón como capilla sin santo. Pero ¿podía ser otra la suerte de los Navegantes en esta temporada 2024-2025 de la LVBP?
La nave naufragó en Maracaibo, al perder por novena vez en el Round Robin semifinal. Y sin duda, son muchos los aspectos que pueden debatirse cuando un equipo queda fuera de carrera. En esta columna, sin embargo, quiero centrarme en el aspecto que, a mi juicio, pudo resultar crucial.
Primero, lo primero. Magallanes mejoró respecto al campeonato 2023-2024. Los turcos quedaron eliminados en la ronda eliminatoria del pasado torneo y aquel balance resultó más que amargo. El proyecto alrededor de Miguel Cairo prometía muchísimo y se quebró a mitad de campaña. No hubo manera de enderezar el barco ni evitar la catástrofe.
Así que hubo una mejoría. Los Navegantes avanzaron a la semifinal, y sin tener que disputar la Ronda del Comodín. Es verdad que nunca avasallaron, no tuvieron rachas prolongadas de victorias. Pero cerraron sobre .500 y no sufrieron sobresaltos en la semana final del campeonato regular.
La gerencia contrató a un manager de jerarquía y trayectoria. Eduardo Pérez ha sido campeón en la LVBP, es un profesional de innegable categoría y mantiene su vigencia como coach de Grandes Ligas.
Las dos figuras más importantes de esta edición vistieron los colores del Magallanes: el mejor lanzador (Junior Guerra, ganador del Carro Bracho al Pitcher del Año) y Renato Núñez (el Jugador Más Valioso). También Vimos nuevos protagonistas: el grandeliga Tucupita Marcano hizo el grado y el novato Luis Suisbel deja una clara promesa de futura estrella, si acaso no alcanzó ya el estrellato.
También llegaron figuras que desde ya son piezas fundamentales de próximas ediciones de la nave: Guerra, sí, pero también Felipe Rivero (o Felipe Vásquez, según quién lo nombre) y sobre todo Eliézer Alfonzo Jr.
El bullpen, nombre por nombre, alcanzó una profundidad digna de envidia en la LVBP. Los turcos consiguieron el permiso para varios bigleaguers, pese a ser lanzadores (Daniel Palencia, Bryan Mata, Eduard Bazardo, Jesús Tinoco). Y por Valencia pasaron prospectos legítimos, como Amílcar Chirinos y Brayan Palencia, entre los lanzadores, así como Aeverson Arteaga, Pablo Aliendo y Leandro Pineda, entre los peloteros de posición.
Magallanes realmente reunió una apreciable cantidad de talento. Quizás este haya sido el mejor roster de los turcos en mucho tiempo, desde los tiempos previos a la sanción de la OFAC y el veto de la MLB. Pero con un detalle crucial: muchos de ellos faltaron en la recta final, debido a restricciones, contratos internacionales o motivos personales.
A ver, que este es un mal moderno que sufren todos en el béisbol del Caribe. No olvidemos la expresión que a menudo utilizan managers, ejecutivos, analistas y aficionados: en la LVBP tienes saber dirigir con un equipo en octubre, otro completamente distinto en diciembre y finalmente otro en enero, que es también diferente.
Esto lo sufren todos. Y por lo general, el campeón es aquel que administra mejor sus piezas, que además corre con algo de suerte y que contrata mejores importados para compensar las carencias y las bajas.
Estos Navegantes tenían la base de un gran equipo. Y probablemente ya hayas notado, sin embargo, que en la ecuación de arriba no llenaron un espacio. Porque esta novena se dio… ¿el lujo? de jugar sin importados.
Los turcos comenzaron con algunos refuerzos de renombre y valía para el béisbol invernal. Pero cuando fracasaron los Keon Barnum y Pete O’Brien, parecieron pasar la página, por más que trajeran extranjeros hasta esta última semana del Round Robin.
El cubano Yoel Yanqui fue rápidamente declarado como el «bateador emergente zurdo titular» por el propio manager Eduardo Pérez. El patrullero Jacob Rhinesmith también quedó para venir de cuando en cuando desde la banca. El colombiano Tito Polo, que sí respondió a las expectativas y bateó sobre .300, apenas tomó 67 turnos y la mayor parte del tiempo vio la acción desde la cueva.
Se entiende que el Magallanes dejara de apoyarse en los bates foráneos para hacer la alineación. Este fue el club que más carreras anotó en promedio por juego durante la eliminatoria, junto al Caracas. Y aunque también fue segundo en efectividad colectiva, ese dato escondía una realidad que muchos ya detectaban: el bullpen era menos seguro de lo que decían los nombres que lo integraban y la rotación para la recta final era irregular, más allá de Junior Guerra y el dominicano Cristofer Ogando.
No se puede dar por seguro un staff que tuvo 4.83 de ERA colectiva en la ronda regular, cuando tuvo sus mejores piezas disponibles.
Brazos internacionales no faltaron, ojo. El cubano Onelki García (2.45 de efectividad) pasó casi tres meses con el equipo, pero apenas lanzó 3.2 episodios. El quisqueyano Alfredo Simón (1.59) estuvo casi un mes a bordo y tiró 5.2 entradas. El cerrador japonés Masahiro Fukuda (0.00) únicamente sacó 2 outs. El estadounidense Stevie Ledesma (3.86) se marchó cuando empezaba a ayudar, tras pasar un tiempo olvidado en el bullpen.
Otro norteamericano, Bubby Rossman, el único que pareció entusiasmar al cuerpo técnico, se lesionó tras 2 semanas de acción.
Poco a poco los importados dejaron de contar en la nave. Dejaron de ser usados y los que quedaron aportaron casi nada, las pocas veces que saltaron al terreno.
El Magallanes cerró con 5 refuerzos esta semifinal (el cupo es 6). Dos de ellos, abridores: Ogando y Tyler Alexander, llegado de los Tiburones en el draft. ¿Y los demás? Un Derek West que después del 15 de diciembre apenas relevó 3 veces; un JC Ramírez de bajísimo rendimiento (9.95 de promedio, lanzando casi siempre en encuentros decididos) y un Eddy Reynoso de buen recuerdo en la Liga Mayor, pero que entró esta misma semana en sustitución de Polo.
¿Recuerdan la última gran importación de los Navegantes? Probablemente haya sido aquella de la 2021-2022, todavía bajo la mirada de la OFAC. Estuvieron a bordo el brasilero Reinaldo Reginatto, el dominicano Alejandro De Aza, el estadounidense Cade Gotta y su compatriota Nellie Rodríguez. El quinto extranjero (porque la cuota era de 5, en ese entonces) fue Brandon Quintero y luego el cubano Jorge Martínez, una vez aquel se lesionó.
Es difícil aceptar que ese Magallanes habría alzado el título sin la presencia de Reginatto, De Aza, Rodríguez y Gotta, que además resultó el Jugador Más Valioso de la final.
Los turcos podían compensar con su importación esas carencias en el pitcheo que les costaron tan caro. Así lo hicieron Cardenales y Bravos, que son finalistas gracias, entre otras cosas, a sus muy buenos forasteros. Y aunque pueden encontrársele muchos peros al recorrido de la nave este año (siempre es así cuando no se logra la ansiada corona), cuesta descartar la idea de que con una verdadera importación, una con protagonistas confiables, Magallanes tal vez habría podido evitar esta dolorosa eliminación.
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Foto: prensa Navegantes del Magallanes
El grandeliga Tucupita Marcano? Supongo que quisìste decir exgrandeliga, ya todos sabemos la historia. Parece mentira pero depender en demasìa de prospectos criollos de grandes ligas, sobre todo de lanzadores, resulta contraproducente. Siempre tienen la espada de Damocles balanceàndose sobre sus cabezas, cosa que al final al Magallanes le ocurriò. Fìjate que sus dor mejores lanzadores no fueron precisamente muchachos bien catalogados. Con respecto a Junior Guerra ya entra en su cuarta dècada y habrìa que ver como le irà la pròxima temporada. Coincido plenamente cuando dices que los managers cuentan con equipos diferentes mensualmente. la lvbp es una liga muy cambiante, cada vez se depende menos de los grande ligas consagrados, se dependen de los grandeligas criollos «obreros». Tan es asi que Cardenales ha sido el equipo màs constante en los ùltimos años pero para nada se puede decir que es una dinastìa en la liga, eso ya no existe.
Mientras no empiece la temporada 2025, todos los grandeligas de 2024 mantienen ese estatus vigente, Nelson. Al menos es la regla que yo aplico siempre
Ignacio, yo estoy seguro que si Magallanes se refuerza con tres relevistas para el Round Robin la historia fuera otra, fijate ni Franco, ni Vizcaya hicieton un trabajo hermético, de los 7 juegos perdidos 3 fueron responsabilidad directa de ellos uno de Wilkins, los otros 3 del resto del picheo. Si sabes que se bajaron 5co relevistas debias reforzar esa debilidad y gue la diferencia, por que Magallanes bateo en el Round Robin les hicieron una blanqueada y un juego de ina carrera. En que baso Bravos estar en la fina en su picheo y Lara también, es muy dificil cuando en todos tus juegos tienes que remontar de 7 a 8 carreras para ganar.