La familia del fallecido Pete Rose nuevamente pidió al comisionado de las Grandes Ligas perdonar a la antigua estrella de los Rojos de Cincinnati. El episodio ocurrió en diciembre, pero ahora la situación tiene un ingrediente adicional, pocos meses después de la muerte del expelotero.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, anunció en su cuenta de Truth Social que emitirá un perdón absoluto al rey de los imparables. Esa orden ejecutiva no tendrá ningún efecto directo en la decisión de la MLB, al ser ésta una empresa privada, pero pudiera incidir indirectamente.
La familia de Pete Rose sonó optimista de que esta vez será diferente. Ya el antiguo astro de los escarlatas había pedido perdón en ocasiones anteriores y una reconsideración en su caso. Todas las veces recibió una negativa de parte del comisionado de turno. Su último intento fue en 2022.
«Yo creo que todas personas que apuesten deben ser vetadas», soltó sin cortapisas Rob Manfred en 2022. «La última vez que él pidió una reconsideración fui claro que yo no creo que el funcionamiento de ese veto deba ser la misma que la de la elegibilidad del Salón de la Fama. Eso le compete al comité de Cooperstown del cual soy parte y no puedo decir más».
Pero si el resultado esta vez es distinto, entonces ya no le competerá a los periodistas elegir a Pete Rose al Salón de la Fama. El máximo líder en hits de Las Mayores deberá depender del Comité de Veteranos, según este artículo de The Athletic.
«Las reglas de votación del Salón de la Fama establecen que todos los jugadores elegibles por la Asociación de Escritores deben haber jugado en la MLB no más de 15 años antes de cada elección», le dijo un vocero del Salón de la Fama al citado portal. «Si Rose es perdonado le competiría al Comité de Veteranos elegirle».
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Pete Rose fue vetado de por vida de la MLB en agosto de 1989, luego que fuera encontrado que apostó en juegos de béisbol como jugador y manager. Él aceptó la sanción creyendo que un año después podía apelar la sentencia, pero Bart Giammati murió una semana después de aquel trato y nadie más quiso escuchar su defensa.