EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Pasaron casi tres meses para que ocurriera el primer cambio en el receso entre temporadas de la LVBP. Y sin embargo, ya tenemos aquí el segundo pacto en menos de una semana, ahora con Magallanes y Aragua activos en el mercado.
El experimentado José Suárez y el prospecto Inmer Lobo forman ahora parte de los Navegantes. Eduard Bazardo, Edwar Colina y el joven Wilfred Alvarado pertenecen a los Tigres de ahora en adelante.
Dos zurdos llegan al Magallanes. Tres derechos pasan a ser reserva de Aragua. El acuerdo sorprende un poco, por involucrar a media decena de lanzadores, y parece ser una apuesta con resultado incierto, pero potencialmente interesante, dependiendo de la evolución de los acontecimientos.
Porque la clave en este cambio, ahora mismo, es el grandeliga José Suárez. Creció en Anaheim como prospecto de cierta importancia y apenas participó en una temporada en Venezuela, la 2023-2024, cuando pertenecía a los Bravos.
Margarita lo envió a Maracay junto al slugger David Rodríguez en noviembre, en el traspaso que llevó a Alexi Amarista a la isla. Y no llegó a lanzar con los bengalíes.
En el ínterin, Suárez no pudo consolidarse en el staff de los Ángeles y en marzo pasó a los Bravos en la MLB. ¿Dirá presente en Valencia? ¿Ahora sí?
El zurdo está en un momento crucial de su carrera. Atlanta ha reconstruido a varios pitchers célebres y en este caso ha decidido convertirle en relevista. El experimento va bien. Por ahora, tiene 5 ponches y 2.84 de efectividad en un par de relevos largos, aunque con 4 bases por bolas.
Inmer Lobo es muy joven todavía. Apenas está en Clase A, aunque de por vida tiene 1.44 de ERA. En principio, tardará algo más en aportar a la causa de los Navegantes. Así que, a corto plazo, todo se centra en Suárez.
El zurdo grandeliga es nativo de Naguanagua, así que es vecino del estadio José Bernardo Pérez. Familiares y amigos podrían verle lanzar en la pelota invernal, lo cual será una motivación. Y de hecho, en sus primeras declaraciones ya dijo que «es un sueño cumplido» ser parte del Magallanes.
Eso sería lo ideal. Porque como relevista en la MLB, llegaría con pocos innings a cuestas y pudiera ser parte de la rotación, un aspecto que los turcos necesitan reforzar. Pero claro, si resulta un éxito como apagafuegos en las Grandes Ligas, recibirá restricciones severas aquí. Allí está, pues, la apuesta de la nave, que ciertamente necesita ases para recomponer su cuerpo de abridores.
El precio en apariencia es alto. Edward Bazardo también es bigleaguer y Edwar Colina lo fue, amén de que mantiene una recta pesada y herramientas de élite. El problema, claro, es que no pudieron aportar al nivel exigido por los bucaneros y su afición en estos años recientes. Desde el punto de vista del Magallanes, se entiende que fueran ellos los elegidos.

Bazardo lo intentó una y otra vez. En las últimas tres temporadas relevó 40 veces, pero deja 6.12 de efectividad en su antigua casa. Y Colina, aunque trató de ayudar en la rotación, se va con 6.04 de promedio en su carrera con los eléctricos. Sí, que ya no tiene restricciones, que es un gusto verlo cuando está lanzando strikes, pero tampoco ha conseguido la imprescindible consistencia.
El tercer brazo que entregan los Navegantes es incluso más joven que Inmer Lobo. Dos años menos, concretamente. Eso hace que Wilfred Alvarado sea el pitcher con futuro menos predecible aquí. Es ponchador, pero con tendencia al descontrol (8,5 fusilados y 5,2 boletos por cada 9.0 innings en las Ligas Menores). De él tendremos que hablar en 2026 o 2027, porque recién se encuentra en Clase A media.
De los otros podemos hablar ya.
Bazardo es nativo de Maracay, por lo que es de suponer que seguirá lanzando en la LVBP, pese a su estatus de grandeliga. Su hermano Yorman Bazardo fue parte de la Dinastía de Aragua hace dos décadas y seguramente guarda recuerdos de aquel tiempo.
Puesto que José Suárez nunca llegó a ser figura tigrera, el cambio de Alexi Amarista pudiera terminar con Bazardo y David Rodríguez como balance final. Y eso no está mal, especialmente al recordar que llega otro monticulista que puede aportar de inmediato a la causa rayada.
Ese es Edwar Colina, caraqueño, pero también es agente libre en la MLB. Últimamente se ha quedado en el país para lanzar en la Liga Mayor y ya no tiene reparos para trabajar en el beisbol invernal. El cuerpo técnico aragüeño deberá trabajar con él, pero los dos recién llegados contarán con un escenario más amigable para eso.
Porque pasan del estadio más ofensivo de la LVBP, el José Bernardo Pérez, con su cortísimo centerfield, y tendrán como hogar uno de los escenarios más favorables para los lanzadores, el espacioso José Pérez Colmenares, que además de largo por el centro, tiene una zona de foul interminable.
¿Funcionará este cambio para las dos partes? Al Magallanes le tocará trabajar el permiso de José Suárez, independientemente de lo que suceda a futuro con el joven Inmer Lobo. Pero si se convierte en ese abridor que buscan los turcos, habrán ganado la lotería. Aragua, por su parte, deberá dedicar tiempo para que Eduard Bazardo y Edwar Colina encuentren el ritmo y el éxito. Sí, más allá de lo que ocurrirá con el todavía adolescente Wilfred Alvarado, el pacto también les ofrece razones para pensar en grande.
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Fotos: capturas de MLB Network