¿Quiénes caminan hacia Cooperstown?
Hagamos un repaso a las consecuencias que pueden tener algunas hazañas recientes de los venezolanos
Francisco Rodríguez, Bob Abreu y Miguel Cabrera están haciendo cosas que pueden tener consecuencias.
El “Kid”, ya se sabe, es el pitcher que ha llegado más joven a los 250 salvados. Abreu sigue apilando marcas que le ubican entre inmortales y candidatos a serlo. Cabrera lleva un paso tal de impulsadas en su carrera, que ya hubo quien lo comparó con Hank Aaron, la semana pasada.
¿Hasta dónde pueden llegar? ¿Estamos frente a tres serios candidatos al Salón de la Fama? Sólo el tiempo lo dirá, pues es necesario que sigan recorriendo millaje y acumulando cifras. Pero hoy revisaremos cómo les va en el camino.
Suponiendo que Rodríguez pueda disputar otras nueve campañas, debemos aceptar que la primera mitad de su recorrido es notable.
No se trata únicamente de sus 255 rescates a los 28 años de edad, sino de aquellas estadísticas periféricas que le definen como pitcher dominante, con un WHIP de 1.14 y 11,4 ponches por cada 9 innings lanzados.
Al caraqueño únicamente le han dado 380 hits en 550 episodios y tiene 2.51 de efectividad. De mantenerse en la élite otros seis o siete años, tendrá números comparables a Trevor Hoffman y Mariano Rivera, dos innegables candidatos a Cooperstown. Pero ¿podrá replicar ese dominio durante la segunda parte de su carrera? Para hacerlo, deberá sobreponerse a ciertas tendencias preocupantes.
Desde 2008 ha visto mermar los ponches, después de mantenerse constantemente en 12 por cada 9 entradas.
Su total de 10,7 este año sigue siendo bueno, pero es menos contundente al conjugarse con los 4,1 boletos que, en promedio, ha regalado por cada 9 actos desde que está en la gran carpa.
Su recta ahora vuela a 90,8 millas por hora, la velocidad más baja de su historial.
Quizás haya llegado el momento para que el capitalino deje de lanzar en el receso invernal. En el futuro, necesitará de cada pitcheo extra hecho en Venezuela para mantenerse fuerte y dominante. No olvidemos que Lee Smith y John Franco están fuera del Salón de la Fama, a pesar de haber salvado más de 400 juegos, porque sus números no fueron tan dominantes como los de Hoffman, Rivera y Dennis Eckersley.
Abreu, ya con 500 dobles, tiene contrato por dos temporadas más.
Al paso actual, sin esperar una explosión de su parte, es razonable pensar que tal vez llegue a 600 antes de cumplir 40 años de edad (tiene 36), así como a 400 bases robadas, 1.500 anotadas, 1.500 empujadas, 1.500 bases por bolas y quizás 300 jonrones.
No son estadísticas abrumadoramente brillantes por sí solas, pero sí retratan otro imposible: el de los jugadores con la habilidad para hacer bien muchas cosas.
El único en la historia que ha conseguido esas cifras es Barry Bonds.
¿Le bastará? Quizás sí. Quizás no. Carecer de una sola área deslumbrante le costará votos, pero pudiera entrar a Cooperstown como Andre Dawson y Jim Rice, luego de varias votaciones y una larga deliberación. Eso sí, cualquier bajón súbito en su producción de aquí a 2012 casi de seguro le costará la inmortalidad. Su margen de error, hasta entonces, será mínimo.
Es casi una irreverencia incluir a Cabrera en una discusión acerca del Salón de la Fama, pues apenas tiene 27 años de edad y, en teoría, mucho más de la mitad de su carrera por delante.
Pero el columnista Jon Paul Morosi hizo una cuenta, hace unos días, que resulta reveladora: al paso actual, el aragüeño va a terminar este campeonato muy cerca o por encima de 863 remolques.
¿Saben quién tenía 863 empujadas a los 27 años de edad? Nada menos que Aaron, el líder impulsador de todos los tiempos.
Es como para entusiasmarse, ¿no creen?
Publicado en El Nacional, el lunes 7 de junio de 2010.
