El Emergente. Biogenesis en cuenta regresiva

Ryan Braun

¿Qué pasará hoy por la mente de Francisco Cervelli y Jesús
Montero?

El comisionado de las grandes ligas, Bud Selig, está
determinado a anunciar la suspensión de una veintena de peloteros por el caso de
la clínica Biogenesis, cuando pase el Juego de Estrellas, y salvo por Alex
Rodríguez y Ryan Braun, cuyos castigos se dan por seguros, poco se sabe
respecto a cuántos serán sancionados en esa lista de aproximadamente 20
jugadores cuyos nombres están vinculados al caso.

Cervelli y Montero son, que se sepa, los únicos venezolanos
mencionados hasta ahora, pero eso no es garantía de que hayan incurrido en
dopaje o que vayan a ser suspendidos.

Ya trascendió que al menos Gio González está libre de
culpas, según las investigaciones que se han filtrado a ESPN.com, pues las evidencias prueban que el lanzador de los
Nacionales sí fue cliente de Biogenesis, pero para adquirir fármacos legales.

¿Será ese el caso de los dos carabobeños? Ojalá. Pero es
algo que no se sabrá hasta que el anuncio sea hecho, así como también será
entonces cuando se sepa si otros nativos han sido investigados, pues algunos
nombres se ocultan bajo la reserva de anonimato que el propietario de la
clínica trató de garantizar a su clientela, anotando a muchos de ellos con
seudónimos, no con sus verdaderos nombres y apellidos.

¿Habrá otras figuras del peso de A-Rod y Braun?

La atípica actuación de la oficina del comisionado le ha
valido críticas desde varios frentes.

Permitir las filtraciones y luego confirmar la especie,
hablar de suspensiones de hasta 100 juegos y hacerlas públicas, a pesar de que
el proceso de apelación pueda estar en marcha.

La Asociación de Jugadores de la MLB ha sido muy dura, al
abordar, finalmente, el modo en que se ha conducido el caso.

Ya una vez lo comentamos aquí: pareciera que hubiera un deseo
especial de castigar a Rodríguez y Braun por su protagonismo en anteriores
escándalos y por su capacidad para haber salido sin daño, a pesar de haber dado
positivo en dopaje ambos, el primero en sus tiempos con los Rangers y el
segundo hace menos de dos años.

Habría sido deseable que no hubiera sombra de ningún tipo,
porque la intención del comisionado es la correcta. Biogenesis, aunque mancha
el beisbol, es prueba de que la gran carpa ha cambiado su óptica hacia el uso
de sustancias prohibidas. Esa es la mejor manera que existe de limpiar la
reputación del deporte que amamos.

Buena parte de los intentos de abolir el uso de esteroides,
hormona de crecimiento humano y anfetaminas ha sido sistemáticamente torpedeada
por la Asociación de Peloteros.

El abogado Arturo Marcano, quien se ha especializado en el
derecho aplicado a la actividad deportiva, considera a la unión de peloteros
como el sindicato más poderoso del deporte profesional.

Tiene sentido. Después de décadas de una relación de vasallaje,
en el que los jugadores fueron poco más que siervos de la gleba, sin derecho a
renunciar a su empleador para buscar un mejor patrono, la situación ha cambiado
drásticamente, al punto de que el salario promedio ronda los 3 millones de
dólares y el salario mínimo es de medio millón, más que lo que percibe el
presidente de los Estados Unidos.

Ese poder, que comenzó a gestarse hace cuatro décadas, llevó
a que la asociación impugnara uno y otro intento de controlar el dopaje.

La política actual existe a pesar de los equipos y del establishment en general, pero muy
especialmente a pesar de la unión.

Es lamentable, porque el consumo no es un derecho que debe
defenderse. Es un acto ilícito ante las leyes estadounidenses, sí, pero es, sobre
todo, un riesgo para la salud del que consume.

Publicado en El
Nacional, el domingo 14de julio de 2013.