La primera temporada positiva del equipo perdedor de las últimas dos décadas comenzó cuando el alto mando tomó una decisión sorprendente y crucial: confiar en el nuevo análisis del juego, la sabermetría
Una tarde
de 2011, antes del primer encuentro de una serie entre los Diamantes y los
Gigantes, entramos al dugout visitante del Chase Field y nos topamos con
decenas de hojas de papel pegadas en la pared, justo donde suelen sentarse los
managers.
renglones estaban resaltados con tinta fosforescente.
Hurdle, cuyos Piratas acababan de terminar una serie en Phoenix, la noche
antes. Poco después serían retirados por el personal de los desérticos, para
dejar campo libre a Bruce Bochy, timonel de San Francisco.
anécdota fue alguna vez el centro de una columna y la usamos en una charla
sobre periodismo y sabermetría, para reforzar la tesis de que el nuevo análisis
del beisbol es cada día más usado en las grandes ligas, incluso dentro del
terreno de juego.
mayor sentido, al leer un extraordinario reportaje del Pittsburgh Tribune-Review acerca de la feliz conversión de los
bucaneros en un equipo competitivo (aquí la nota original).
de defensa condujo la transformación de los Piratas”. Párrafo a párrafo, sin
embargo, Hurdle y el gerente general Neal Huntington, con el apoyo de coaches,
peloteros y analistas, desgranaban una de las noticias más frescas que hemos
leído este año.
Todo comenzó cuando el piloto y Huntington, sobre la base de
las recopilaciones de tendencias y estadísticas, decidieron seguir el ejemplo
de otra organización que utiliza la sabermetría a diario, los Rays.
Se trataba,
básicamente, de comenzar a parar a los infielders en el cuadro según lo que
iban hallando los recopiladores. Es un viejo truco, que viene de los tiempos de
Ted Williams. Consiste, básicamente, en colocar un infielder más en el lado
derecho o izquierdo del abanico, según el bateador rival, y mover a todos los demás unos
metros hacia ese sector.
La diferencia es que, en lugar de aplicarse a alguien
en específico, los bucaneros decidieron ponerlo en práctica día tras día.
Aumentaron su uso en 400 por ciento y hoy son, junto a Tampa Bay, las dos
divisas que más utilizan el “shift”, como se le conoce en las mayores.
verdadera revelación está en lo que se esconde detrás de la nueva conducta
defensiva de los Piratas. Sin dinero para invertir en estrellas, decidieron
trabajar para brillar como tales.
Entrenaron a sus lanzadores en el empleo de
la recta de dos costuras, para forzar más roletazos, y con el uso y abuso de la
formación de sus infielders, pasaron de ser uno de los últimos conjuntos en
eficiencia defensiva (el número de outs que consigues del total de batazos que
recibes) a uno de los mejores.
“Durante años parábamos a nuestros jugadores del
cuadro de forma convencional, pero con miles y miles de batazos alimentando
nuestra base de datos, las pruebas mostraban que estábamos fuera de posición”,
explicó Huntington.
Hurdle aseguró que su vida en el beisbol cambió cuando
decidió intentar comprender la sabermetría.
“Para mí, los últimos 10 años han
sido de transformación, en especial los últimos cinco”, razonó el piloto.
“Tienes que involucrarte con toda esa información. Tienes que leer. Tienes que
estudiar. No puedes enterrar tu cabeza en la arena y decir que eso no existe,
que no cuenta, que no tiene sentido”.
El conocido Nick Leyva es el coach
encargado de revisar la data y parar al infield, bateador tras bateador. Su
confesión retrata mejor que nada esta historia afortunada: “Yo me consideraba
un tipo de la vieja escuela. Pero los números no mienten”.
Bienvenidos, Piratas,
a los playoffs. Bienvenida, sabermetría.