El Emergente. Las lecciones de esta Serie del Caribe (I)

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Ya podemos repasar los aprendizajes que nos deja el torneo en Margarita. En esta primera entrega, un vistazo al reto de armar un equipo competitivo. Mañana seguiremos con más
Quedan tres jornadas para que termine la Serie del Caribe, pero ya nos
ha dado lecciones que aprender.
Magallanes asistió a Margarita con una escuadra balanceada y
competitiva. No pasa a menudo, al menos en estos tiempos recientes, en los que
el spring training prácticamente coincide con la justa regional y los salarios
en las grandes ligas son exorbitantes.
Ya lo decía Oswaldo Guillén, con un descarnado ejemplo: “Antes,
los grandeligas veníamos porque necesitábamos la plata. Ganábamos 160.000
dólares. Ahora ganan 100 millones. No necesitan estar aquí. Yo tampoco vendría
hoy”.
Es casi la misma razón por la que muchos bigleaguers no
juegan pelota invernal o lo hacen apenas durante algunas semanas. En los años
60 o 70, necesitaban pagar las cuentas y completar el mercado. Hoy les sobraría
dinero para comprar un yate.
¿Cómo mejorar la convocatoria, en tales circunstancias?

Tres factores incidieron para que los Navegantes viajaran
con casi el mismo equipo de la final: que la cita era en Venezuela (los equipos
que actuaron en las ediciones de 2002 y 2006 también eran competitivos); que el
mecanismo de adiciones y sustituciones permite a muchos más peloteros estar en
acción hasta el último día de la temporada; y que hubo tiempo suficiente para
negociar con los jugadores, a objeto de convencer a muchos que, de haberse
extendido la final hasta el 30 de enero, no estarían ahora en Margarita.
Tres factores adicionales quizás hayan influido
positivamente: que por primera vez hubo directivos de la liga en contacto con
posibles refuerzos, varios de los cuales se incorporaron (Wilfredo Boscán,  José Pirela); 
que hubo, al parecer, recursos económicos importantes para completar la
delegación; y la presencia de Cuba como reto y acicate.
¿Cuál de estos aspectos puede controlarse, a modo de
facilitar la conformación de otra escuadra competitiva en los años por venir?
Pocos, lamentablemente. Acaso mantener el para algunos odioso
y para otros necesario mecanismo de adiciones, a fin de que los mejores de la
eliminatoria sigan activos hasta enero; o que la liga profundice la búsqueda y
estímulo a posibles refuerzos de elencos eliminados, con el objeto de que se
mantengan activos; y terminar la final nuevamente el 28 de enero, a más tardar.
Esto último, el calendario, tiene ramificaciones cruciales,
en retrospectiva. Puede que para algunos no valga la pena modificar el
campeonato local para beneficiar una justa en declive, que trata de modificarse
para sobrevivir. Quien piense así, vea los beneficios de cambiar las cosas en la LVBP.
Es el cuento de todos los años. Hay que escribir de eso otra
vez. Es necesario que nuestras finales tengan dos días de descanso, después del
segundo y del quinto choques. El espectáculo crecerá, pues el pitcheo tendrá el
descanso requerido. Los peloteros no estarán forzados a viajar de una ciudad a
otra, acostarse al amanecer y saltar al terreno pocas horas después.
Es poco lo que, de resto, puede hacerse para dar profundidad
y potencial al roster. Pero con el aprendizaje de esta oportunidad, es decir,
con planificación y un calendario más holgado, tal vez no sea necesario esperar
a que Venezuela sea anfitriona para disfrutar de otra nómina competitiva.
Una pequeña posdata, dirigida a quienes reiteran que la Serie del Caribe no vale la
pena el esfuerzo.
¿Acaso no ha sido un torneo más entretenido ahora, con este
nuevo formato? ¿No es una fiesta cuando en algún escenario, cualquiera que sea
ese escenario, se impone una escuadra nacional?
Publicado en el-nacional.com, el jueves 6 de febrero de 2014.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

1 COMENTARIO

  1. Los tiempos cambian, así como los retos. Suele llamarse evolución. Esto va mas allá del romanticismo y el apego al pasado.

    El round robin, en mi opinión, la verdadera temporada de la LVBP es la mejor demostración de un cambio exitoso para estos tiempos. Corto, intenso, excitante. Lo cual es independiente de los nombres o el cartel de los jugadores..

    Cualquier cambio en pro de una serie del Caribe competitiva e igual de intensa y excitante tiene el gran reto de superar todos los escollos, pero magnificado, que presentan todas las ligas invernales. Deben empezar cuando la MLB recien termina y deben terminar cuando es inminente el inicio de los campos de entrenamiento de la MLB, lo cual, entre amigos es la duración de la temporada regular de los torneos invernales.

    La LVBP la sigo con pasión, la MLB con la razón..

    Saludos…

    Sin drama no hay emoción.. MAGALLANES SERA CAMPEON..

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