dio la victoria a los Caribes en el primer juego de la final, apoyando el guión
original de la tribu: el mejor pitcheo puede vencer incluso bates como los del
Magallanes
perfecto en el primer juego de la final, este sábado, en un estadio Alfonso “Chico”
Carrasquel que se llenó para aplaudir a la novena que pretende romper con la
racha del actual bicampeón nacional.
en serio peligro.
Daryl Thompson fue el gran protagonista. Trabajó en blanco hasta
el octavo inning, mientras la defensa turca hacía agua y los bates de
Anzoátegui castigaban a Chris Leroux, el mejor abridor de la nave, para
enviarle a las duchas después de dos actos solamente y asegurar la victoria 6
carreras por 0.
definida y ahora quizás deban hasta buscar un sustituto para Leroux, que se fue
con molestias en el hombro.
dado un golpe noble y haber usado únicamente a Tiago DaSilva y Alfredo Aceves
como relevistas para cinco outs, en un tope sin días de descanso, donde es
vital mantener fresco el bullpen.
volátil parque portocruzano y la recta de Thompson, que tantas veces se le
quedó alta, murió dos veces en la zona de seguridad, a unos pocos pies de convertirse
en cuadrangulares que quizás hubieran cambiado la historia del duelo.
amenazas iniciales, para terminar entre coros del público, saludando a la
tribuna.
rayitas en el segundo pasaje sin dar hits fuera del cuadro, debido a despistes
defensivos de los visitantes, y agregaron tres más en el sexto, empujadas por
un sencillo de Ehire Adrianza y un jonrón de dos carreras de Alexi Amarista.
podría contra su rival. Anzoátegui creyó que el mejor pitcheo era capaz de
salir avante contra los bates más letales.
segundo golpe así, este domingo, y el reino de los Navegantes quedará en serio riesgo
de cambiar de manos.
ser la clave de la serie, dependiendo de cómo siga la final. Pero la clave del
encuentro fue la imposibilidad turca de descifrar el pitcheo aborigen, que
limitó en cuatro hits al Magallanes. La mitad de los cohetes, irónicamente, conectados
por Josmil Pinto y Yangervis Solarte
pero sorteó cierta tendencia al descontrol para llevar el juego en blanco hasta
el octavo inning. Es la primera vez que un pitcher de los Caribes lanza 7.1 entradas
en un juego de la final
El ritmo me lo marcaron los bateadores, pero yo estaba muy fluido y eso me
permitió lanzar de ese modo”
Publicado en El Nacional, el domingo 25 de enero de 2015.