Larga vida al Rey

Fecha:

El
Emergente
Por Ignacio
Serrano

Félix
Hernández tenía 17 años de edad la primera vez que lo vimos. Fue en su única
noche en el estadio Universitario.

De niño
quizás soñó con triunfar en ese escenario. Pero aquel adolescente estaba
llamado a otros campos de combate.
Fueron
únicamente seis juegos para el muchacho de Flor Amarillo en Venezuela. Las
estrellas suelen hacer un tour de despedida. Omar Vizquel, Bob Abreu y otros
pocos elegidos pudieron preparar su adiós.
Hernández
hizo al revés. Hizo un tour de bienvenida a la guerra del beisbol profesional.
En
condiciones normales, estaría a punto de terminar el bachillerato. En cambio, él
estaba por comenzar el resto de su vida.
Un año
antes había firmado un jugoso contrato con los Marineros y Seattle ya lo
cuidaba con mimo.
Su pasantía
por la LVBP, que
no se repetiría, se limitó a los 27 innings y dos tercios que lanzó en su tour
de introducción. 



Casi niño, ponchó a 21 hombres (nunca mejor dicho que
entonces) y entregó sólo 5 boletos. 

Casi niño, dejó 4.23 de efectividad y 1.23
de WHIP. 



Casi niño, fue admirado con gula por los scouts, los viejos coaches y
los analistas que mirábamos en los palcos de prensa.

Todavía
estaba en las menores y ya el estupendo blog USS Mariner le estampó el apodo que todavía le dura: el Rey. No
había soltado una pelota en las mayores y ya le rendían tributo en el norte.
En
Venezuela existía uno. Al Rey David Concepción le llamaron así por la relación
entre su nombre y el personaje bíblico, y porque durante una década o más fue
el grandeliga criollo más reputado y de mejores resultados en las Grandes
Ligas.
Pero el Rey
Félix era un predestinado. Cuando Emilio Carrasquel consiguió su firma, en las
oficinas de Seattle proyectaron su pronta llegada al cielo de la pelota. Que no
tardaría en ser el número uno de la rotación de abridores, que sería un
pelotero franquicia, si la escuadra era capaz de amarrarlo a largo plazo y
evitar lo que pasaría con Randy Johnson, que finalmente se les fue de las
manos.
Dos años
después de aquella noche con Cardenales en el Universitario, debutaba en la
gran carpa. Corría 2005 y tenía 19 años de edad. Comenzó el torneo siguiente en
la rotación y no ha salido de allí.
Su contrato
durará, al menos, hasta 2019. Por entonces tendrá 33 años de nacido y 15
temporadas arriba. Sólo un pitcher venezolano con por lo menos 10 campañas en
las mayores ha defendido a un solo equipo en toda su carrera: él.
Ya es el
dueño del récord de innings lanzados en su franquicia y todavía no es treintón.
Es, como
soñaban, el indiscutible número uno de Seattle. El mejor derecho del beisbol.
Publicado en El Nacional, el viernes 1° de mayo de 2015.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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