El
Emergente
Emergente
Por Ignacio
Serrano
Serrano
Ya Félix
Hernández dejó saber su sentencia: 2015 no fue un buen año. Queda inconforme. Le
faltó consistencia.
Hernández dejó saber su sentencia: 2015 no fue un buen año. Queda inconforme. Le
faltó consistencia.
Tiene
razón. A un pitcher con ese historial, hay que pedirle siempre cosechas dignas
del Cy Young.
razón. A un pitcher con ese historial, hay que pedirle siempre cosechas dignas
del Cy Young.
En 2014 era
el favorito para llevarse el galardón hasta la última semana. Columnistas y
reporteros afirmaron que decidieron votar por Corey Kluber después de la última
salida de ambos, que marcó una ligerísima diferencia.
el favorito para llevarse el galardón hasta la última semana. Columnistas y
reporteros afirmaron que decidieron votar por Corey Kluber después de la última
salida de ambos, que marcó una ligerísima diferencia.
El Rey
cierra este torneo muy retirado en departamentos en los que usualmente figura
entre los mejores, como efectividad, total de ponches, WHIP, relación de abanicados
por boletos y otras estadísticas de dominio.
cierra este torneo muy retirado en departamentos en los que usualmente figura
entre los mejores, como efectividad, total de ponches, WHIP, relación de abanicados
por boletos y otras estadísticas de dominio.
¿Pero fue
un mal año? ¿Realmente?
un mal año? ¿Realmente?
De por vida
tiene 3.11 de efectividad y cerró 2015 con 3.53, ciertamente lejos.
tiene 3.11 de efectividad y cerró 2015 con 3.53, ciertamente lejos.
Hay
matices, sin embargo. Lanzó sobre 200 entradas por octava campaña consecutiva. Hizo 31
aperturas, para llegar a 10 temporadas seguidas sobre 30. Promedió 8,5 ponches
por cada nueve episodios, exactamente la media de su carrera. Permitió un hit
por inning, igual que su promedio histórico. Es líder de la Liga Americana con
dos blanqueos.
matices, sin embargo. Lanzó sobre 200 entradas por octava campaña consecutiva. Hizo 31
aperturas, para llegar a 10 temporadas seguidas sobre 30. Promedió 8,5 ponches
por cada nueve episodios, exactamente la media de su carrera. Permitió un hit
por inning, igual que su promedio histórico. Es líder de la Liga Americana con
dos blanqueos.
Claro que
hay motivos para alzar una ceja. Los 23 jonrones recibidos igualan un tope
personal. Sus 2,6 bases por bolas por cada nueve tramos es la mayor cifra desde
2011. La relación de 3,29 abanicados por cada pasaporte es la menos lustrosa
desde 2009. La rata de un cuadrangular por cada nueve episodios es la peor
desde 2006, su primer campeonato completo.
hay motivos para alzar una ceja. Los 23 jonrones recibidos igualan un tope
personal. Sus 2,6 bases por bolas por cada nueve tramos es la mayor cifra desde
2011. La relación de 3,29 abanicados por cada pasaporte es la menos lustrosa
desde 2009. La rata de un cuadrangular por cada nueve episodios es la peor
desde 2006, su primer campeonato completo.
Sí, hay
números que preocupan y pide una corrección. Pero hay otros que son comparables
a tantas otras veces.
números que preocupan y pide una corrección. Pero hay otros que son comparables
a tantas otras veces.
¿El peor
año de su carrera? No, no lo es. Su peor justa es la de 2006. Esta es semejante
a las de 2007, 2008 y 2011. Vayan a Baseball
Reference y comparen.
año de su carrera? No, no lo es. Su peor justa es la de 2006. Esta es semejante
a las de 2007, 2008 y 2011. Vayan a Baseball
Reference y comparen.
Eso no alivia
la pena ni reduce la autocrítica que esta semana leímos y escuchamos. Hernández
está insatisfecho y tiene razones. Pero también tiene 29 años de edad. Es
joven. Esto no es el principio del fin, necesariamente.
la pena ni reduce la autocrítica que esta semana leímos y escuchamos. Hernández
está insatisfecho y tiene razones. Pero también tiene 29 años de edad. Es
joven. Esto no es el principio del fin, necesariamente.
Claro que
hay razones para preocuparse. Sus pitcheos no cayeron sobre las esquinas del
plato con la precisión quirúrgica de antaño. Demasiado a menudo tuvo que venir
por el medio, al estar atrás en la cuenta. No hay modo de acostumbrarse a un
Rey Félix que entrega cuatro o hasta cinco transferencia por partido.
hay razones para preocuparse. Sus pitcheos no cayeron sobre las esquinas del
plato con la precisión quirúrgica de antaño. Demasiado a menudo tuvo que venir
por el medio, al estar atrás en la cuenta. No hay modo de acostumbrarse a un
Rey Félix que entrega cuatro o hasta cinco transferencia por partido.
Allí está
la clave del trabajo que le viene. No hay que temer lo peor. Sufrió un bajón,
equivalente a otros bajones que él mismo ha vivido.
la clave del trabajo que le viene. No hay que temer lo peor. Sufrió un bajón,
equivalente a otros bajones que él mismo ha vivido.
Queda ver
qué hará para rebotar y regresar al sitial estelar que acostumbra. Queda, pues,
esperar por 2016.
qué hará para rebotar y regresar al sitial estelar que acostumbra. Queda, pues,
esperar por 2016.
Publicado en El Nacional, el viernes 2 de octubre de 2015.