clubhouse que llega por primera vez. Su adaptación a los Tigres fue cuestión de
minutos
Por Víctor Gómez
El Nacional
Félix Pérez no solo aporta extrabases y carreras remolcadas
a un equipo.
organización que ha pasado con su personalidad, la misma que lo ayudó a
integrarse rápidamente a los Tigres.
al campeón venezolano de Maiquetía a Santo Domingo, el pasado domingo. Incluso,
durante la espera en el terminal aéreo, reunió a Teodoro Martínez, José Flores
y Jesús Sánchez para amenizar la espera jugando beisbol en un Play Station
portátil.
confianza. Por eso yo siempre soy el que pone la musiquita para que el equipo
se contente», aseguró.
«Lo mío es tratar de siempre estar contento, de ayudar.
Nosotros los cubanos tenemos buena química», recuerda Pérez mientras
sostiene un bate en el dugout de la derecha del estadio Quisqueya Juan
Marichal.
cohibido. Lo importante es sentirse bien a donde llegues», asegura al
tiempo que se alista para golpear algunas pelotas en la jaula de bateo.
rostro ofrece una sonrisa permanentemente. Atiende cada solicitud de entrevista
sin problemas y corresponde al cariño que le tiene la afición con su
disposición para tomarse fotos y dar autógrafos.
«Estoy muy agradecido con la liga venezolana porque me ha dado logros
importantes. Sé que la afición me quiere mucho y por eso aprovecho cada chance
que me den», dijo.
orígenes de todos los países y la cultura de su gente», continuó.
«Donde quiera que llegue tengo la actitud ganadora y de alegría».
un club. «Siempre trato de ayudar a que mis compañeros no lleven las
frustraciones del campo al clubhouse. Fíjate que en la postemporada me fue muy
mal con Magallanes, eso no es un secreto, pero yo seguía contento y más bien
recibí mucho apoyo», recordó.
decir que su principal meta es jugar en las Grandes Ligas, aunque ha estado en
negociaciones para ir a Japón.
falta la oportunidad. Estoy en buen tiempo, porque me siento en el mejor
momento de mi carrera», consideró antes de confesar que ha sentido
frustración por no recibir el chance.
estás haciendo el trabajo en triple A y suben a un pelotero de doble A que está
bateando .220. Llega un momento en el que dices que no quieres jugar más
pelota, pero si nos afligimos del corazón estás acabado», apuntó.
latinos».