Los Reales de Kansas City realizaron un particular ajuste defensivo contra Miguel Cabrera, este lunes, en el Comerica Park.
No debería ser sorpresa. Es ya común en las Grandes Ligas e incluso en la pelota del Caribe ver cómo el infield se recuesta hacia la banda que es atacada con mayor frecuencia por un bateador particular.
A algunos no les gusta. Pero además de reglamentario, esto tiene una lógica: si puedes aprovecharte de la tendencia de un rival para evitar que ese rival te gane, tonto sería que no lo hicieras.
Pero esto es especial. Miren cómo se pararon todos los infielders:
El mejor antídoto contra el shift es saber batear hacia todos lados del campo. Demostrar que se es bueno de verdad, vaya. Y Cabrera es un maestro yéndose hacia la banda contraria, tanto como lo es halando los pitcheos adentro. Aunque en este viaje que acabamos de ver no le dio con fuerza.
Así que el manager Mike Matheny dejó a cada uno de sus infielders en el sitio que corresponde… ¡pero en el outfield!
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Es cierto, con un toque de bola quizás el venezolano podría embasarse. O quizás no, porque para eso está el pitcher y la presunción de que, por su lentitud y para no arriesgar una nueva lesión en las piernas o las rodillas, Cabrera no apelará a su «velocidad».
Así que la opción es superar al cuadro. Y los Reales se la pusieron difícil.
Con ese ajuste, pretenden cortar cualquier linea por esas zonas, cruzando los dedos respecto a los rodados. No está fácil, tampoco, jugar tan atrás en grama natural. Pero todo es parte del beisbol de hoy y ciertamente esa muralla deja con menos terreno de caída a las pelotas golpeadas por el nativo de Maracay.
Por cierto, Cabrera se fue de 3-1. Con todo y la estrategia de Matheny, soltó un sencillo de línea al centro y tomó dos boletos, aunque dos veces murió con roletazos, el otro de ellos por la vía del short.
Por Ignacio Serrano
