Por Marcos Grunfeld
El derecho Pablo López cerró su paso por abril con una racha de 18.2 innings lanzados sin permitir carreras después de blanquear, por seis innings, a los Nacionales de Washington que cayeron 2 por 1 ante los Marlins de Miami en la jornada del miércoles. El zuliano también termina el primer mes de la contienda invicto con tres triunfos.
«Me siento realmente bien y muy feliz de cómo estoy sintiéndome en el montículo con el ritmo y cómo estoy haciendo mi mecánica», le dijo el venezolano al Miami Herald. «Estoy tomando ventaja de cada pitcheo que hago entre apertura. Trato de no dar nada por garantizado y todos los días trabajo mucho en mi mecánica».
El marabino retiró a seis de sus primeros siete rivales y apenas fue en el tercer inning en el cual tuvo un pequeño problema. El dominicano Maikel Franco le dio un hit, pero Lucius Fox bateó para doble play para apagar el fuego y así evitaron que César Hernández, con otro sencillo, pudiera generar una emboscada. El escopetero después dominó a Juan Soto y a 8 de sus siguientes nueve oponentes para marcharse a las duchas.
«Durante cada partido uno quiere que cada lanzamiento tenga un propósito», agregó. «Es por eso que he trabajado mucho en mis repeticiones y en estar seguro que mi cuerpo se siente bien. Esa es la forma como manejo mi agenda entre mis días para soltar el brazo y mis sesiones de bullpen».
Pablo López se despidió de la velada del miércoles con seis capítulos, tres imparables, un boleto, seis fusilados y bajó su efectividad a un soberbio 0.39, con lo cual ahora es líder de la Liga Nacional en ese departamento.
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«Estuvo adelante en la cuenta y mezcló muy bien sus pitcheos», analizó el mánager Don Mattingly al mismo diario. «Hizo un gran trabajo y sigue haciendo lo suyo».
(Marcos Grunfeld)
Es un plus cuando un jugador profesional de este nivel sobre todo si es lanzador tiene una formación familiar solida, en el caso de pablo sus padres ( médicos ambos) le inculcaron muchos valores que hoy pone en práctica ( disciplina, autoestima, perseverancia) en sus palabras y el como describe su preparación dentro y fuera del terreno se plasman y materializan esas enseñanzas.
Pablo López no es marabino, señores. Este extraordinario pítcher zuliano, cuyo futuro se pierde de vista, es cabimense.