pelotero. El
infielder siente una profunda tristeza por el adiós, aunque los Caribes le
permitieron lograr lo único que le faltaba en el beisbol
Tomás Pérez
causó asombro por sus atrapadas en el short cuando tenía 18 años de edad, pero hoy
se despide del beisbol con una gesta que muy pocos bateadores han conseguido en
Venezuela: sumar los 1.000 hits.
muchas cosas de aquel novato que debutó en 1991 con los Petroleros de Cabimas y
que fue tomado poco después por los Azulejos de Toronto en el draft de la regla
5. El amor por el juego y la echadera de broma en el dugout, por ejemplo.
aunque sabe que es una ley de la vida, es mayor su tristeza en el adiós.
activo?
de las dos líneas. Hacer lo que sé hacer: competir, tratar de ganar, de aportar
lo más que pueda como pelotero. Es difícil y muy triste. Pero es la ley de la
vida.
guindar los ganchos, te estás quitando algo que prácticamente nació contigo. No
es lo mismo ser coach. Ya no puedes echar tanta broma con los jugadores ni con los
contrarios, porque te van a ver de otra manera, como coach. Y ese es un gran
cambio: quitarse el chip de pelotero.
en su carrera no se preparó lo suficiente. Pero después de esa confesión,
siguió varias zafras más y hasta llegó a los 1.000 hits, que parecía una tarea
imposible. ¿Cómo logró todo eso, sin tanta preparación?
constancia. Como dije aquella vez, no fui ese pelotero ciento por ciento
trabajador. Siempre comento que si hubiera trabajado más, todavía estaría en
las Grandes Ligas y me quedarían unos dos años en Venezuela. No era por flojera,
pero trabajé a medias. Por eso digo que Dios fue muy grande conmigo y mi
familia, al ayudarme a llegar a los 1.000 hits y permitirme poner los números
para que la gente se acuerde de mí.
consejos y meter a los peloteros en el carril.
para ser respetado. Eso primero que nada. Ya no me van a ver como pelotero, y
habrá decisiones, reuniones en las que tendremos que decir la verdad, sea buena
o mala. Por eso sé que no va a ser fácil el cambio.
esta temporada, sabiendo que sería la última?
gran conversación con el señor Omar López en septiembre, cuando estaba buscando
el chance y le pedí la oportunidad de jugar para llegar a los 1.000 hits. Tuve
la dicha de que en esos juegos me saliera todo bien y lograra la meta
rápidamente. Me preparé muy bien desde julio, sobre todo las piernas. Me dieron
el chance, porque Niuman Romero no se había reportado debido a una lesión y
Dios me acompañó. Quería seguir jugando, estaba en forma y podía. Pero había
planes con los muchachos. Son decisiones respetables del manager. Respeto su decisión.
postemporada. Eso dice mucho.
ayudar bien sea tocando la bola o apoyando a mis compañeros, diciéndoles algo
en determinado momento, apoyándolos anímicamente. Ya estoy entrando al rol de
coach.
acompañado. Me dicen que juegue uno o dos años más. Pero soy un hombre de
palabra, siempre lo he sido, y dije que me iba a retirar. La gerencia quiere
que regrese como pelotero, pero lo haré como coach, si llegamos a un acuerdo
para la temporada 2015-2016. Mi esposa, mis hijas, mis padres, mi hermana, mis
suegros, mis cuñados, mis mejores amigos me apoyaron, como siempre lo hicieron en
las buenas y en las malas.
Cruz, cuando llegó al hit 1.000?
Carlos Silva me dio la sorpresa de traerme a mi esposa y mis hijas desde
Orlando, donde vivimos. Y toda mi familia viajó desde Barquisimeto, también trasladada
por él. Fue un gran gesto de un buen amigo, y se lo agradezco. Lo conozco desde
que él era un muchacho. Cuando llegó a las Grandes Ligas en Filadelfia, yo
tenía rato allí. Así fuimos haciendo una bonita amistad, que le llevó a hacer eso
que hizo.
con el beisbol?
caimaneras por mi casa. A mi papá no le gustaba. Jugaba en las calles, en
terrenos. Salía del colegio para jugar beisbol. Mis padres se ponían bravos,
pero era lo que yo quería. No me gustaba estudiar.
podido ser pelotero?
gracias a Dios por los padres que me dio. Mi papá me empujó a ser lo que soy.
Si no hubiera sido por tantos regaños, por tantas cosas que pasamos, no sé qué
habría hecho yo.
porque siguió jugando pelota. ¿Cuándo aceptaron que su futuro estaba en el
beisbol profesional?
firmar. Me fui de mi casa a Maracay, a donde la familia de mi madre, a
trabajar. Había decidido que si no era pelotero, tenía que ver cómo tener algo en
el bolsillo. Después, mi papá me buscó y me dijo que nos prepararíamos por un
año. Fue cuando bajé la velocidad, que era lo que me pedían para firmar. Gracias
a eso, soy lo que soy.
es. Tiene una academia en Barquisimeto. Es lo que le gusta, lo que ha hecho
toda la vida. Jugar y entrenar.
jugar pelota era de él. Usted tenía el ejemplo metido en casa.
que dicen (sonríe).
tercera y pitcheaba. Y me fue bien las veces que lancé en el profesional. No me
hicieron carreras.
jugó?
camisas. Son cinco aquí y cuatro en las Grandes Ligas. Están guardadas. Las tiene
mi madre. Y conservo varios guantes, especialmente el que usé toda mi vida para
jugar en el short.
apartando la final contra Magallanes?
grandes compañeros que he tenido en mi carrera. Son muchos. No podría acabar de
nombrarlos: Henry Blanco, Marco Scutaro, Ramón Hernández, Bob Abreu, José
Castillo, Oscar Salazar, Luis Sojo, César Izturis, Robert Pérez, Argenis
Salazar, son muchos. Y tuve managers increíbles: Omar Malavé, el difunto
Pompeyo Davalillo, Alfredo Pedrique y ahora el Manager del Año, Omar López.
Creo que he aprendido bastante de ellos, sobre todo en esta temporada con Omar.
Pienso que él me ve futuro y por eso hemos tenido bastantes conversaciones
durante los juegos, para hablar de ciertas situaciones. Quiero dirigir algún
día.
en la boleta, están en el Salón de la Fama del Beisbol en Venezuela. ¿Conoce el
museo? ¿Imagina tener una estatuilla allí, junto a ellos?
números van a estar. Nadie me los puede quitar. Será una decisión de los
votantes. Lo importante es que la gente sepa quién fui en el terreno y lo que
di en todos los años que he jugado.
beisbol?
González. Lo que más me pegó en mi carrera fue ver cómo se fue uno de los
grandes pitchers de Venezuela. Para mí, es el mejor que ha pasado por nuestra
liga.
el juego, ¿cuál es su favorito?
termina el juego y hemos ganado. Salir y chocar las manos es lo más bonito que
hay en el beisbol. Sobre todo cuando sabes que aportaste con una buena jugada,
moviendo un corredor o dando un fly de sacrificio. Lo más bonito es cuando
chocas los cinco, porque ganaste.
piensa llevarse con usted? Robert Pérez le pidió a los Cardenales llevarse su locker
completo.
llevo la amistad, la humildad y la hermandad de este equipo. Ha sido increíble
esto que he visto aquí, en mi última temporada. Tenía años que no veía algo
así. De mis 24 torneos, es uno de los dos o tres que más he disfrutado.
competitivos en los que le tocó jugar?
la 2005-2006 y este de Caribes de Anzoátegui.
El ídolo de toda mi vida. Empezó como shortstop y después le pasó como a mí,
que empezaron a moverlo por todas las posiciones. Es mi ídolo y mi padre en el
beisbol.
me faltaba ganar una final y ponerme un anillo de campeón.
lanzó un tercio de inning en las Grandes Ligas, tres episodios más en más en las
menores y una entrada más en la LVBP. En efecto, nunca le fabricaron carreras,
a pesar de ser infielder y no lanzador. Jugó 12 temporadas en las mayores, con los Azulejos, Filis, Rays y Astros,
entre 1995 y 2008
Ignacio Serrano
Publicado en El Nacional, el lunes 9 de febrero de 2015.