Santo Domingo. Albert Pujols ya tiene registros en República Dominicana. El futuro miembro del Salón de la Fama debutó en el país con los Leones del Escogido. Fue en un Licey-Escogido, uno de los clásicos de la pelota quisqueyana. Día domingo por la tarde. Tribuna central repleta.
El momento de su presentación, desde que salió del círculo de prevenido hasta que tomó su particular parada en el home duró dos minutos y 15 segundos. Solo aplausos y más aplausos.
No lució como en sus mejores épocas ni se fue de 5-5, pero pudo, en el último minuto, conectar un sencillo que dejó en el terreno al Licey. El hombre de la noche remolcó la ganadora.
“Estoy bien contento”, espetó. “Hoy fue un día especial, el día que siempre he estado soñando, y más que nada ganando el juego”, dijo quien alineara de bateador designado en su debut.
Al final se fue de 5-1 en el terreno, pero fuera de él fue todo un Grand Slam. En la tienda oficial de los Leones del Escogido todo se terminó, todo se agotó: camisas con el 5, gorras conmemorativas, imanes de nevera. Pujols era la excusa perfecta para hacerse de algún regalo.
“Espero que los fanáticos hayan disfrutado”, soltó en la rueda de prensa después del juego. “Yo sentía muchas emociones, esto fue un momento histórico para mí y para mi carrera”.
Ya Albert lo había dicho en la rueda de prensa. Este era su sueño. Aquel vendedor de pan con huevos y cebolla, conocido en República Dominicana como Friquitaqui, que le regalaba un sándwich al policía para que con 13 años lo dejara vender sus mercancías en el estadio Quisqueya, y que soñaba con batear en ese diamante, logró su cometido.
“No vengo aquí a creer que voy a acabar con todo el mundo. Es una liga nueva para mí, todavía es algo que tengo que analizar bien, conocer bien a los pitchers”, indicó al agregar que los dos primeros turnos fueron difíciles.
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El debut de Pujols ya se realizó. Él ya cumplió su palabra y LIDOM tiene en sus haberes el registro histórico del quizá mejor pelotero latinoamericano de todos los tiempos. Sí, es cierto, Alex Rodríguez también se uniformó en 1994 en este circuito, pero en aquel momento el estelar ex pelotero era un bisoño dando sus primeros pininos.
Pujols no. “La Máquina” ya lo ha hecho todo en el beisbol, ya tiene más de tres mil hits, más de 600 jonrones, más de dos mil remolcadas. De ahora en adelante solo le quedará agregar números a las galeras del circuito dominicano para adornar todas las hazañas que ha escrito con su bate y su guante en los Estados Unidos.
¡Bienvenido, señor Pujols!
Alfredo Villasmil Franceschi
