La pareja de árbitros venezolanos ha superado las primeras dos pruebas para lograr un trabajo en el norte. Buscarán en marzo convertirse en umpires de ligas menores
Mientras los umpires estadounidenses creían estar sometidos a una simulación de violencia dentro del diamante, los venezolanos Jorge Terán y Robert Moreno reían para sus adentros.
“Trabajar en un Caracas-Magallanes, delante de 30.000 personas, hace que no sientas miedo ante el publico ni frente a muchas de las situaciones que debes enfrentar”, razona Terán, con un dejo divertido.
El grupo de umpires criollos en el llamado beisbol organizado, que abarca las ligas menores y la gran carpa, promete crecer este año. Vienen nuevos aspirantes a través de la senda que abrió el grandeliga Manuel González y que Carlos Torres ha seguido con acierto.
Terán y Moreno aspiran a ser los nuevos árbitros nativos en las granjas del beisbol estadounidense. Han pasado con bien los primeros dos cedazos: un camping en California, en noviembre, y el curso en la academia de Jim Evans, en Florida, apenas días atrás.
“Quedamos entre los 23 que nos graduamos con honores”, recuerda Terán, nativo de Barquisimeto, ex pelotero universitario y oficial con ocho temporadas de experiencia en la LVBP. “Participamos 117. Ahora esos 23 vamos a competir contra los mejores 23 de la academia de Harry Wendelstedt. De esos 46, quedaremos entre 15 y 20”.
La cita será en Tampa, en marzo, y el premio para los elegidos será su entrada al sistema de las ligas menores.
Contraste positivo. Una parte de la usualmente crítica fanaticada venezolana recordó con nostalgia a los umpires nacionales durante la última Serie del Caribe. Los yerros cometidos por jueces de otras nacionalidades crearon un contraste que, para algunos, realzó la labor de los hombres de azul de la liga local.
“La verdad es que este año no nos tiraron tanto”, sonríe Terán, “aunque sería bueno que no esperaran a la Serie del Caribe para hablar bien de nosotros. Aquí tenemos buen talento. La experiencia que hemos conseguido es una ventaja grande”.
La LVBP ha emprendido, desde la década de los 90, un programa de capacitación arbitral cuya última etapa ha sido la internacionalización. Ya González se alterna entre triple A y las mayores, Torres irá a clase A y Edward Pacheco acompañará a Darío Rivero junior al beisbol mexicano.
“El objetivo, Dios mediante, es llegar a las grandes ligas”, señala Terán, quien entre 2009 y 2010 estuvo en México, en el lugar que ahora tiene Pacheco.
Terán representaba al Pedagógico de Barquisimeto cuando un día comprendió que su futuro en la pelota profesional, si lo tenía, no sería como jugador.
“El señor Darío Rivero me dijo que me quitara el uniforme y empezara a ompayar”, recuerda. “Darío junior y yo somos casi primos. Su casa queda muy cerca de la de mi abuela, donde viví por 14 años, y su mamá es mi madrina”.
De aquella relación nació la vocación que hoy le tiene contando los días para viajar a Estados Unidos, para someterse a la prueba final. Es la ruta que hace más de un lustro emprendió González, el ejemplo a seguir.
“Manny es mi hermano, un orgullo para todos nosotros”, admite Terán. “Sus experiencias también nos han servido de aprendizaje”
Es posible que en Tampa ocurran nuevas simulaciones para probar los nervios de los umpires aspirantes. No debería ser un problema.
“En este curso, cuando nos gritaban y protestaban un pitcheo, algunos colegas sentían que eso era violento”, rememoró Terán. “Robert y yo nos reíamos. ¿Violencia? Si aquí por cualquier cosa te lanzan una botella al terreno”. Y ríe otra vez.
El dato:
Jorge Terán tiene 31 años de edad y 8 temporadas de experiencia como árbitro en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Robert Moreno tiene 29 años de edad y 9 campañas de experiencia aquí
Publicado en El Nacional, el viernes 11 de febrero de 2011.
