Eduardo Sánchez sigue los pasos de Ugueth Urbina y el “Kid” Rodríguez. El setup de San Luis es el vivo reflejo de lo que hicieron los dos mejores relevistas del país en sus inicios
Ugueth Urbina explotó en la última presentación de su carrera como abridor, el 21 de agosto de 1996. ¿Fue eso lo que convenció a los desaparecidos Expos de Montreal que era otro el camino con él?
Aquel día en que el mirandino salió apaleado de la loma, con 8 hits, 6 carreras y 2 jonrones en contra, en tan sólo 2.1 innings, nació uno de los relevistas más efectivos del beisbol latinoamericano.
Porque los canadienses decidieron cambiar el rol de Urbina, entonces un joven prodigio de 22 años de edad, y convertirlo en el setup de Mélido Rojas, el cerrador de la novena.
El derecho de los Valles del Tuy ya era el duelo del puesto de Rojas un año después, tal fue su rendimiento como apagafuegos.
Francisco Rodríguez también comenzó como una tromba su recorrido como bombero en la gran carpa. Tras una carrera plagada de lesiones como abridor en las menores, fue enviado al bullpen en 2002 y tan pronto como en septiembre ya soltaba pelotas en las mayores.
El caraqueño se convirtió en setup de los Ángeles de Anaheim esa misma postemporada y dos años después se quedaba con el sitial de Troy Percival como el lanzador del último inning en la franquicia californiana.
Eduardo Sánchez también irrumpió sin pedir permiso. Como sus antecesores en sus propias divisas, ha aprovechado las circunstancias para colarse como uno de los relevistas más usados por los Cardenales de San Luis.
Urbina acumuló tres holds y una victoria en esas primeras siete presentaciones que cambiaron su destino como serpentinero. Rodríguez sumó un par de triunfos, ambos en la serie divisional y contra los Yanquis de Nueva York, nada menos. Sánchez llegó a la jornada de ayer con tres holds, un rescate y un juego ganado.
Lo más notable es la impronta de cada uno. Los muchos ponches. Los pocos boletos. Los escasos hits en contra.
Urbina empezó a ritmo de 12,08 guillotinados por cada 9 entradas y una relación de 17/1 entre abanicados y pasaportes.
Rodríguez inició su camino con un promedio de 16,75 ponches por cada 9 actos y una relación de 9/1 entre chocolates y bases por bolas.
Sánchez lo hizo con una media de 15,3 sentenciados por cada 9 episodios y un coeficiente de 17/2 entre ponchados y transferencias.
Jorge Julio Tapia, Kelvim Escobar, Luis Mercedes Sánchez y, en menor medida, Rafael Betancourt y Juan Carlos Gutiérrez han ostentado oficialmente el rol de cerrador en las mayores. Pero ninguno tuvo el éxito de Urbina y Rodríguez, que han sumado más de 510 salvamentos entre los dos.
La hora de Sánchez aún no llega. Pero como aquellos, está en la ruta correcta para convertirse en el nuevo cerrojo de Venezuela.
Los Expos decidieron en agosto de 1996 convertir a Ugueth Urbina en relevista corto, tras probarle como abridor. Tenía 24 apariciones cuando estrenó rol, y lo hizo tan bien, que ya no volvería atrás.
Este es el contraste entre el Urbina de 1996, Francisco Rodríguez en 2002 y Eduardo Sánchez en 2011, comparando sus primeras siete actuaciones como setup de Montreal, Anaheim y San Luis.
Lanzador…IP…H…BB…K…EFE…WHIP
Urbina…..12.2…3…..1…17…2.13…..0.32
Rodríguez..9.2…5…..2…18…1.86…..0.72
Sánchez..10.0…5…..2…17…1.80…..0.70
El manager Tony LaRussa no descarta que Eduardo Sánchez pueda adueñarse del puesto de cerrojo de aquí a 2012, si el alicaído Ryan Franklin no reclama su trono
Ugueth Urbina, Francisco Rodríguez y Eduardo Sánchez tienen en común el poder de la recta.
“Ugie” la tiraba en 2002 a un promedio de 92,2 millas por hora, según Fangraphs, y aunque no hay registros anteriores, los scouts aseguraban que en 1996 rondaba las 95 MPH.
El “Kid” promedió 94 entre 2002 y 2003, y Sánchez exhibe una velocidad media de 94,1.
Los tres comparten el slider.
Rodríguez, que también tiraba curva, no añadió el cambio hasta un tiempo después.
Urbina descansaba en la combinación recta, slider y cambio.
Sánchez está aprendiendo la curva y perfecciona el cambio de velocidad.
Publicado en El Nacional, el miércoles 4 de mayo de 2011.