La metamorfosis de Freddy García

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Hay que ir hasta 2004 para hallar un año comparable a la cosecha actual del lanzador

ESPNdeportes.com

Hubo un tiempo en que un cambio de velocidad de Freddy García llegaba al plato a poco más de 84 millas por hora.

El derecho venezolano nunca fue un lanzador de poder, pero poseía una recta que golpeaba el plato con rapidez: a 93 millas, según el registro que atesora Fangraphs.

Una tarde, en Arlington, Texas, al preguntarle si vislumbraba algún día poder conseguir una cosecha de 250 guillotinados por campaña, respondió, tajante: «¿Por qué? No soy un ponchador».

Fue una frase tan cierta como premonitoria. Aquel año 2001, García pasó de visita por Arlington camino al liderato de efectividad de la Liga Americana. Ningún monticulista de su país lo había logrado antes. Era un lanzador fino, aunque con herramientas.

La recta de García promedia hoy 87 millas por hora, casi la misma velocidad de los cambios que tiraba una década atrás. Y sin embargo, es preciso ir hasta a sus tiempos en el espacioso Safeco Field, cuando era el as de los Marineros de Seattle, para encontrarle un mejor comienzo de campaña.

El mirandino se ha convertido en una certidumbre en la asediada rotación de los Yankees de Nueva York. El domingo, antes de subir a la lomita CC Sabathia, era dueño de la mejor efectividad entre los cinco abridores de su novena.

García llegó a su incursión del 31 de mayo con 3.26 de efectividad y un WHIP de 1.29, cifras que mejoran los promedios de su carrera en ambos departamentos. Había permitido 8,5 hits y había ponchado a 6,5 adversarios por cada nueve innings, en contraste con sus antecedentes de 8,8 y 6,5.

El nativo de El Güire tenía marca de 4-3, pero con 5.26 de promedio hace un año, con los Medias Blancas de Chicago. Se perdió casi por completo las campañas de 2008 y 2009. Andaba con 1-4 y 4.59 a estas alturas, en 2007, durante su única incursión en la Liga Nacional, con los Filis de Filadelfia. Mostraba 7-3 con los patiblancos, aunque con 4.57, en 2006.

García incluso marcha mejor que en 2005, sin contar su última salida de este mes de mayo; por aquel entonces, también con la tropa de la Ciudad de los Vientos, tenía 5-3, con 3.53 de efectividad y 5,72 ponches por cada nueve episodios, rezagado en esta especialidad, a pesar de que por entonces su recta todavía cruzaba el home a algo más de 91 millas por hora.

Aquel año fue emblemático para el venezolano. Formó parte de la rotación que barrió en la postemporada y ganó el último juego de la Serie Mundial. Pero en 2004 está el mejor antecedente que, hasta ahora, puede encontrarse para el actual rendimiento del «Jefe».

Fue ése el último torneo de García con Seattle, la divisa con la que llegó a las mayores en 1999 y el sitio donde se convirtió en uno de los abridores más reputados del beisbol. El 29 de mayo de aquella zafra hizo su décima incursión, ganó y puso en 3.01 su efectividad.

En 2004 tuvo 4,8 victorias sobre un jugador de reemplazo (WAR, en la fórmula de Baseball Reference), la segunda mejor cantidad de su carrera, únicamente por debajo de las 5,0 que consiguió en su año de novato. Su proyección actual le pone alrededor de las 4,5 en esa estadística, que sería su tercer mejor total en 13 temporadas.

En 2004 tuvo una efectividad ajustada (ERA+) de 122, ligeramente inferior al 123 del presente.

La operación en el hombro a que se sometió en 2007 todavía cobra factura. También la edad; el diestro cuenta 34 años cumplidos y está entrando a la que suele ser la parte final en la carrera de un lanzador profesional.

Un periodista venezolano le preguntó a García, hace no mucho, si le preocupaba el evidente descenso en el millaje de sus pitcheos. «Yo con esa recta puedo comer en las grandes ligas», respondió él.

Fangraphs presenta algunas pruebas a favor del aserto expresado por el suramericano: contando los campeonatos en que no perdió tiempo por la operación, después de 2004 no le habían hecho menos contacto y nunca había logrado más swings fallidos que en 2011.

En Fangraphs también resalta una peculiaridad de su rendimiento presente: aunque García sigue tolerando elevados a radios riesgosos, está usando más que antes el pitcheo que le enseñó el cubano José Contreras, esa recta de dedos separados que ha empleado en 20 por ciento de las veces que soltado la bola hacia el home.

Contreras le mostró en 2006 cómo tirar ese envío que se hunde, fuerza doblematanzas y evita cuadrangulares. Quizás allí, antes incluso de su paso por el quirófano, haya empezado la metamorfosis de Freddy García.

Publicado en ESPNdeportes.com, el martes 31 de mayo de 2011.

Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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