El emergente

Seguimos con el balance de la primera mitad

Así como ha habido lanzadores y toleteros de gran actuación, ha habido estrellas cuyo rendimiento bien les haría candidatos a ser el Jugador Menos Valioso de la primera mitad

José Bautista, Matt Kemp, Jered Weaver y Jair Jurrjens probablemente son los dos mejores bateadores y los dos mejores pitchers de la primera mitad de temporada. ¿Quiénes han sido las decepciones?

La lista no es corta e incluye a dos piezas fundamentales de los Medias Blancas, lo que debería dar esperanza a su manager Oswaldo Guillén. Si Chicago ha podido llegar a la pausa del Juego de Estrellas relativamente cerca del primer lugar, es lógico esperar que Adam Dunn y Alex Ríos sean motores de alta cilindrada si en la segunda mitad consiguen dar batazos al ritmo en que los dieron en 2010.

Las lesiones no cuentan para el balance de las decepciones. Sí cuenta, en cambio, que Ryan Zimmerman únicamente tenga cuatro jonrones al escribir estas líneas, o que Shin-Soo Choo apenas tenga uno más que eso.

Cuenta también que Hanley Ramírez, sobre quien quieren estrenar estadio y reestrenar franquicia los Marlins, esté en .233/.323/.354, sin señales de volver a la vida, al escribir estas líneas.

Dan Uggla ha sido otra frustración, aunque al menos tiene 14 vuelacercas que contrastar con su average por debajo de .200 y sus .536 puntos de OPS.

Derek Jeter, Justin Morneau, Jason Werth, cada uno de ellos ha estado por detrás de lo esperado por sus equipos y son interrogantes no resueltas para sus seguidores, tanto como lo han sido sobre la loma Ubaldo Jiménez, Zack Greinke, Francisco Liriano, Matt Latos, Max Scherzer, Chad Billingsley y Ryan Dempster.

El otro extremo, el de las sorpresas agradables, está tanto o más poblado que el de las decepciones. ¿Quién esperaba que pitchers como James Shields, Michael Pineda y Alexi Ogando lanzaran tan bien?

Lo de Shields es casi una epifanía, candidato al Cy Young. Igualmente inesperado ha sido lo de Fernando Salas y Kyle Lohse. Ni siquiera en sus mejores sueños, Jeff Karstens, Ryan Vogelsong y Phillip Humber imaginaron lo que vendría para ellos este campeonato.

¿Y quién esperaba esta explosión de poder de Curtis Granderson, luego de un estreno tan gris con los Yanquis, el año pasado? Ni qué decir de Melky Cabrera, cuyo desplome estamos aguardando algunos desde hace semanas.

El inicio vigoroso de Jeff Francoeur debe contarse entre las mejores noticias, así como la explosión —por fin— del otrora súper prospecto Alex Gordon.

Pero nadie llegó tan bajo y ha regresado tan clamorosamente como Lance Berkman, el hombre que hace un año fue adquirido por los Yanquis para dar profundidad a la reserva y hoy le hace sombra al mismísimo Albert Pujols en San Luis.

Manny Acta merece ser el Manager del Año de la primera mitad en la Liga Americana, si tal contradicción verbal es permisible. Un equipo, los Indios, en plena construcción, candidato a ser el último en su división, ha liderado su llave casi de forma ininterrumpida.

Otro tanto debería decirse de Kirk Gibson con sus sorprendentes Cascabeles en la Nacional; si la condición para merecer el premio es conducir un equipo con triunfos inesperados, ni los Piratas de Clint Hurdle superan el impacto de Gibson y Arizona.

En caso de que la votación fuera hoy, el camarero Danny Espinoza se llevaría el Novato del Año en el viejo circuito, con varios aspirantes en el joven, especialmente los lanzadores Zach Britton, Alexi Ogando y Michael Pineda, quien probablemente sería el favorecido.

¿Y entre los venezolanos? La cantidad de innings lanzados y el dominio de Aníbal Sánchez están entre las revelaciones. Lo mismo sucede con Freddy García y su regreso a la estelaridad. Félix Hernández todavía no lanza al nivel de las expectativas creadas y Wilson Ramos aún puede aspirar a un puesto entre los novatos más sobresalientes de la Liga Nacional.

Publicado en El Nacional, el lunes 11 de julio de 2011.