Justin Verlander sólo permitió ese hit del larense en los ocho actos que le lanzó a los Ángeles. En el esperado duelo de los dos mejores pitchers de esta temporada, dos cuadrangulares sentenciaron a Jared Weaver, ambos de venezolanos: uno de Magglio Ordóñez y otro de Carlos Guillén
Justin Verlander estuvo a un hit de hacer historia este domingo, en un encuentro con sello venezolano que se disputó en el Comerica Park.
El as de los Tigres amarró a los Ángeles durante siete entradas y dos tercios, en las que no permitió imparables, y sólo Maicer Izturis impidió que se convirtiera en el cuarto pitcher con tres o más no-hitters en las grandes ligas.
Izturis descargó un sencillo a la izquierda que se convirtió en el único inatrapable en el encuentro para Los Ángeles e impulsó una de las dos carreras sucias que los querubines fabricaron en esa octava entrada.
Verlander, que ya tiró un no-no este año y en otras dos ocasiones ha sufrido la rotura de una gema en el octavo acto, completó ese inning antes de marcharse a las duchas. El cerrador José Valverde tiró el noveno, también sin cohetes.
Únicamente los inmortales Nolan Ryan (7), Sandy Koufax (4) y Bob Feller (3) han conseguido más de dos juegos sin hits en las mayores, contando desde el siglo XIX.
Un venezolano, coincidencialmente, posee el récord de haber conectado más veces el único indiscutible del partido: César Tovar.
El inolvidable caraqueño arruinó faenas semejantes a Barry Moore en 1967, Dave McNally y Mike Cuellar en 1969, Dick Bosman en 1970 y Catfish Hunter en 1975.
Otros criollos resultaron protagonistas de la contienda, en la que se midieron los dos mejores pitchers de la Liga Americana hoy, lo que incluso llevó a los Tigres a colocar vallas publicitarias en Detroit, aumentando la expectativa por el predecible duelo.
Magglio Ordóñez descargó su cuarto bambinazo de la campaña en el tercer tramo, un batazo de dos rayitas que puso en desventaja a Jered Weaver. Carlos Guillén añadió un jonrón solitario en el séptimo, iniciando una melé que terminó con la expulsión del as californiano.
Guillén se gozó la tabla. En venganza por la reacción de disgusto de Weaver frente a Ordóñez, cuando éste la sacó en su momento, contempló el elevado, sin correr, y soltó el bate en un gesto que motivó los gritos del as visitante.
El umpire advirtió a ambas bancas y expulsó al tirador de Anaheim cuando éste, a continuación, le hizo a Alex Ávila un pitcheo cercano a la cabeza.
Publicado en El Nacional, el lunes 1° de agosto de 2011.