Mariano Rivera es, desde esta semana, el rey de los salvados en las grandes ligas. Por ello, y en homenaje, rescato esta entrevista que le hice durante su última visita al país, en 2004
Mariano Rivera mostró, a su llegada a Venezuela, una cara completamente distinta al serenamente fiero rostro con el que releva para los Yanquis en las grandes ligas.
Divertido, cruzando bromas con su amigo Luis Sojo y citando siempre su irreductible fe en Dios, el tercero en discordia para el Cy Young de 2004 en la Liga Americana dejó en claro, incluso antes de que terminaran de formularle la pregunta, que «si no le dan el premio a Johan (Santana), sería como un robo».
Ni Santana ni Rivera ganaron el premio. Se lo llevó Bartolo Colón.
El cerrador panameño vino al país para la apertura de la escuela de beisbol menor que su amigo Sojo, con el financiamiento de Empresas Polar y la propia fundación del petareño, inauguraron en Cabudare.
Para el instructor de los Yanquis, se trató de un sueño cumplido, con la esperanza de algún día poder replicar la experiencia en otras partes del país. Para Rivera, fue bueno el momento para recordar su paso por Venezuela y responder preguntas sobre mil tópicos.
Sobre Venezuela: «Sé que a la gente aquí le fascina el beisbol. Lamentablemente (en la campaña 91-92) tuve que irme para ser operado. Me quedó esa cosquillita, que tiene que terminarse; tengo que hacer algo por eso», dijo riendo.
Sobre sus mayores logros: «Tiene que ser nuestro primer anillo, en 1986. Para mí, los triunfos los conseguimos como un equipo. Después de eso, todo ha sido bendiciones».
Sobre los Yanquis: «Pertenecer a esa organización es un sueño. Tengo 10 postemporadas con los Yanquis (la cuenta ha subido a 15 desde entonces) y eso me anima a seguir. La adrenalina de estar en una Serie Mundial no se puede describir. A veces me tiemblan las piernas, pero cuando cruzo las puertas del bullpen, ya no oigo a nadie».
Sobre Francisco Rodríguez: «Francisco lo tiene todo. Mi único consejo es que siempre se mantenga humilde. La humildad mueve el corazón de Dios. No olvido mis raíces: vengo de no tener nada y ahora lo tengo todo, pero al morir eso no te sirve de nada».
Sobre el récord de salvados: «¿Cuántos son? ¿478? No voy a estar como Luis Sojo, arrastrando la carreta. Ese récord se lo dejo a Francisco Rodríguez, que es más joven que yo».
Sobre el futuro: «Cuando me retire no quiero saber nada de pelota. No tienen ni idea de lo que sufro en los aviones. No seré coach. Voy a ayudar a los jóvenes que empiezan».
Publicado en El Nacional, el sábado 6 de noviembre de 2004. Editado y ajustado al subirlo al blog.
Mariano Rivera llegó a la marca de rescates y pasó de largo. El récord en 2004 eran aquellos 478 salvamentos de Lee Smith; pero Trevor Hoffman aumentó el desafío y lo dejó en 601, al retirarse en 2010. Rivera, que tiene 41 años de edad, superó a Hoffman este lunes y agradeció a sus compañeros por hacer posible el registro, en lugar de celebrar su éxito individual. Su ventaja en la cima es tal, que Francisco Cordero, el escolta del panameño entre los pitchers activos, «sólo» suma 323 salvados. Más atrás, con 291, aparece Francisco Rodríguez, aún con posibilidades de ser el primero con 300 a los 30 años de edad y todavía con la juventud de la que habló «Mo» en Caracas, aunque apenas a mitad de camino.
