El emergente

¿A quien benefician el roster de 34 y el draft de la regla 7.06?

La cláusula 7.06, que rige el draft del roster de 60, tiene tantos partidarios y opositores como la cláusula 7.01, que habla del roster semanal, ampliado este año de 32 a 34 jugadores.

Quienes están a favor señalan que esas normas buscan la equidad, equiparar las cargas y dar mayor paridad a un circuito donde hay equipos con ventajas de mercado. En contra están precisamente aquellos clubes que cuentan con mayor músculo económico, Caracas y Magallanes. Son las dos novenas con más jugadores firmados y, por extensión, con mayor cantidad de grandeligas.

Los Leones han sido especialmente explícitos al criticar ambas reglas e indicar que son castigos para aquellos que trabajan más. ¿Tienen razón? La respuesta depende de la acera donde se esté parado.

Es verdad, hay organizaciones con más poder para agregar jugadores. Para el draft de esta campaña, tres divisas ni siquiera llegaron a la cifra de 60 “protegibles”, una prueba del desbalance: Anzoátegui, Margarita y Zulia.

Algo está claro, sin embargo: aunque los Eternos Rivales cuenten con arcas más ricas que las de sus pares, debido a los mejores ingresos por taquilla, publicidad y venta de memorabilia, las coronas se han repartido de otro modo en los últimos 15 años.

En ese lapso, los melenudos únicamente han ganado tres veces (1995, 2006 y 2010), al igual que los turcos (1996, 1997 y 2002). Pero los supuestamente pequeños acumulan 10 trofeos, repartidos entre los Tigres (cinco, en 2004, 2005, 2007, 2008 y 2009), los Cardenales (tres, en 1998, 1999 y 2001), las Águilas (uno, en 2000) y los Caribes (uno, en 2010).

Desde ese punto de vista, el más importante, la liga no presenta desequilibrios.

El público luce con gran interés en saber cuáles son los cambios que cada semana se realizan en el roster de 34, así como los resultados del draft de 60. A la gente común parece atraerle especialmente la posibilidad de saber cómo se transforman las nóminas y quiénes estarán disponibles en cada calenda.

Sea como fuere, debemos ser realistas: ninguno de esos mecanismos será erradicado, porque una mayoría de equipos está de acuerdo con ellos. El único camino que resta es pedir su perfeccionamiento. Y en el caso del draft, ha quedado demostrado esta semana que es mucho lo que puede y debe mejorarse.

Hay que reconocerle a la liga sus intentos para corregir los fallos.

La cláusula 7.06 abarca hoy casi tres páginas completas en las condiciones de campeonato y se han modificado aspectos que permitían irregularidades: antes no se realizada un draft como tal, sino que los peloteros disponibles se repartían según el orden de llegada de los faxes (y posteriormente, de los correos electrónicos) a la sede de la liga; el procedimiento abarcaba dos semanas, por lo que podían seguir ocurriendo adquisiciones durante varios días; sólo había una lista de protegidos, que era de 75, pero donde había que colocar a lesionados, grandeligas, prospectos recién firmados y jugadores en fatiga extrema, sin distinción.

Hoy todo eso ha cambiado. Y otras cosas variarán, seguro: varios directivos reconocen la vaguedad en el aparte que habla de “la liga de Japón”, al mencionar a los peloteros que pueden ser protegidos. Hay al menos seis circuitos en el archipiélago, pero sólo dos forman la “gran carpa” de ese país.

Lo más importante, sin embargo, es crear un mecanismo que permita conocer de inmediato cada firma de contrato. Para arreglar este entuerto iniciado el martes es preciso contar con una comisión permanente que haga seguimiento a las transacciones.

Y, vistos los hechos, tampoco estaría de más una dosis de buena fe de todas las partes.

Publicado en El Nacional, el domingo 30 de octubre de 2011.