Breve anecdotario del Juego de Estrellas

El Juego de Estrellas del beisbol venezolano se llenó de episodios engorrosos en los últimos años. Pero antes de eso, a partir del enfrentamiento entre criollos e importados, hubo anécdotas que vale la pena recordar

Luis Peñalver

Este martes se disputa el Juego de Estrellas de la LVBP. Será la segunda vez que el circuito local se mida a su similar de República Dominicana y un momento para pensar si esta breve lista de anécdotas puede incrementarse con alguna nueva historia.

Luis Peñalver es el único que ha ganado, perdido y salvado en los juegos de estrellas de la LVBP. Ganó en la segunda edición de 1968 y 1971, perdió en la primera edición de 1968 y 1973, y rescató en 1975.

César Tovar jugó las nueve posiciones en el tope de diciembre de 1968, como un homenaje a la hazaña similar que protagonizó ese año en las grandes ligas con los Mellizos de Minnesota.

Roberto Muñoz, el primer pitcher venezolano que disparó  un vuelacercas en las grandes ligas, fue usado como bateador emergente en 1969 y conectó un hit en lugar de Aurelio Monteagudo.

David Concepción defendió el center contra los importados en 1971, cuando ya era el shortstop de la Maquinaria Roja. Vitico Davalillo relevó en 1972, ya con 10 temporadas como outfielder en las grandes ligas.

Pompeyo Davalillo dirigió por primera vez un Juego de Estrellas en 1971.

Luis Aparicio fue elegido por el público como manager de los criollos en 1973 pero no se presentó. «Dejó al público entendiendo», publicó El Nacional de la época.

Barry Bonds participó en la edición de 1985, recién salido del draft universitario estadounidense y antes, incluso, de disputar su primer choque profesional en Estados Unidos. Para ese momento era el líder jonronero del circuito y tenía 21 años de edad.

Pam Postema, primera mujer en arbitrar un encuentro del spring training en las mayores, fue la chief umpire del choque de 1988.

El último partido en la carrera del gran Concepción ocurrió en el Juego de Estrellas de 1991, en Maracay, tras lo cual colgó los spikes.

Antonio Armas regresó del retiro para tomar un último turno en el beisbol profesional, en la cita de 1992. Sacudió un jonrón. Lo más curioso es que el turno final de su carrera rentada, un año antes, con el uniforme de los Caribes, también había sido un cuadrangular.

Felipe Lira probó en 1994 cuán rápido puede caer en desventaja un lanzador, cuando Chip Hale se la botó al segundo pitcheo del duelo.

Andruw Jones jugó sólo 13 encuentros en Venezuela. Uno de ellos fue el Juego de Estrellas de 1996.
Urbano Lugo hijo se retiró en el clásico de 1998. Fue el perdedor.

El panameño Carlos Lee tuvo que defender la antesala por los importados en 1999, al no haber suficientes extranjeros para todas las posiciones, y terminó como el Más Valioso. A su izquierda, Jimmy Rollins cubrió el short.

Miguel Cabrera compartió con Robert Pérez el premio al Más Valioso de la cita en 2001, cuando tenía 18 años de edad. Ese día, Alejandro Freire usó dos gorras, la de Oriente y la del Zulia, una en la práctica y otra en el partido, pues fue cambiado en la tarde de los Caribes a las Águilas.

Luis Sojo emuló a Tovar, al jugar las nueve posiciones en 2004.

Robinson Canó y Nelson Cruz encabezaron la delegación dominicana que vino a Caracas en 2008, pero la competencia de jonrones la ganó Frank Díaz.

Publicado en El Nacional, el martes 13 de octubre de 2011. Con algunas variaciones y ampliaciones en el blog.