La tribu espera al «caribe mayor» con los brazos abiertos, para darle el rol que el otrora slugger desee asumir
Magglio Ordóñez es el último sobreviviente del roster inicial de los Caribes. Vio acción en 15 juegos de la temporada inaugural de la franquicia, la 91-92, y refrendó con sus batazos el apodo de “caribe mayor”, como Jugador Más Valioso de la 96-97.
Hoy es socio en varias empresas con Rafael Gruszka, el presidente de la tribu, y no descarta sumarse a la oficina, lo que le estaba vedado mientras fuera pelotero activo.
“Siempre será bienvenido”, exclamó Gruszka, que planea un homenaje de despedida para el patrullero, posiblemente el primer fin de semana del campeonato, en Puerto La Cruz.
“Conversamos y es difícil que juegue, pues tendría que trabajar muy duro de aquí a octubre», continuó Gruszka. «Pero nos va a ayudar con la importación. Quién quita que sea uno de los técnicos del equipo y hasta un directivo. Es el ‘caribe mayor’ y mi amigo”.
El ejecutivo no tacha la posibilidad de que Ordóñez algún día sea el piloto de los orientales.
“Es un gran conocedor, tiene liderazgo e inteligencia para el juego”, explicó. “Tenemos una relación extraordinaria, la tiene con los peloteros y con otros directivos. Aunque no sé si estaría dispuesto, por sus otros proyectos. Y queremos también que Alfredo Pedrique esté allí muchos años; eso significaría que nos irá muy bien”.
Publicado en El Nacional, el miércoles 30 de mayo de 2012.