La decisión
que el ministerio del Deporte anunció este viernes a la Liga Venezolana de
Beisbol Profesional, respecto a retomar los exámenes antidóping en nuestros
estadios a partir del martes, es sin duda una buena noticia, pero representa
solo un paso en el largo camino de la lucha contra el uso de sustancias
prohibidas para mejorar el rendimiento deportivo en la LVBP.
augurio que una atleta de alta competencia, la esgrimista Alejandra Benítez, estuviera
al frente del despacho que vela por la actividad deportiva en nuestro país.
beisbol, a contramano de casi todo el deporte organizado, existe una visión
laxa en este tema. Es común escucharen los diamantes, hoy, razonamientos que
navegan entre dos aguas, casi justificando a los infractores y a menudo
cerrando los ojos ante las violaciones.
competencia federada, en el movimiento olímpico, el dopaje es visto con gran
severidad, por los riesgos de salud que conlleva, por el problema ético que plantea
y porque el juego limpio importa, a pesar de que no se trata de un mundo
perfecto y de que cada cierto tiempo ocurra un escándalo con atletas
emblemáticos, como Lance Armstrong o Marion Jones.
siguiente paso. La ley que rige esta materia y que entregaba al Instituto
Nacional de Deportes, antes, y ahora al Ministerio, el liderazgo en la lucha
contra el dopaje, no incluye un reglamento de castigos y suspensiones.
Wiklenman González es emblemático: cuando dio positivo en 2005 por consumo de
anfetaminas, sustancia muy usada en el pasado por peloteros y otros atletas
para conseguir mayor resistencia, el receptor no jugó en el resto de la
campaña, perdiendo las últimas semanas.
trató su caso con charlas de orientación, como fueron tratados los últimos
positivos, incluidos varios por esteroides, descubiertos en esta década y jamás
revelados.
castigos se aplicarán? ¿Se trasladará la sanción al beisbol internacional,
según lo que dicte la política existente en las grandes ligas y otros
circuitos? ¿Pedirán a los equipos que no usen a los posibles infractores
durante dos, tres semanas, o en el resto de la eliminatoria, del campeonato?
insta a los circuitos profesionales a diseñar su política antidopaje y establecer
el régimen de castigos.
previsible que un resultado positivo tarde varias semanas en conocerse. La
muestra de orina debe viajar a Cuba, Argentina o Canadá, ser examinada allá y
sus resultados enviados de vuelta a Venezuela. Es un procedimiento engorroso y
largo, pero necesario, pues en nuestro país no hay laboratorios preparados para
llevar a cabo este procedimiento.
resguardarán las muestras? ¿Cómo serán trasladadas? ¿Qué garantía tendrán los
peloteros de que no serán alteradas, desde que salen del clubhouse hasta que
llegan a la clínica especializada?
aspectos deben aclararse de modo amplio y con detalle. Los jugadores están
obligados por la ley a someterse a las pruebas, pero tienen derecho a recibir
la garantía de que no serán injustamente señalados por algo que no hayan
cometido.
funcionarios de MinDeporte también deberán estar atentos a la posibilidad de la
trampa. Personas vinculadas con nuestro beisbol señalan que en el pasado era
común en los camerinos que los novatos o cuidacuartos dieran la muestra de
orina que alguna figura no se atrevía a entregar, para que la inocencia de un
tercero suplantara la culpabilidad de un pelotero infractor. Esto ha ocurrido
en muchos deportes y muchos países, y requiere de especial atención.
que resta por hacer, antes de poner el sistema a andar. Y es de vital
importancia que comience de inmediato un proceso de diálogo entre el Ministerio
y la LVBP (¿cabría aquí añadir a la casi inexistente Asociaci+on de Peloteros?)
que permita llenar las lagunas todavía abiertas.
eso ocurra, ganarán la liga, la fanaticada y la historia. La realización de
exámenes refrendará los nuevos récords y hazañas, estaremos preservando la
salud de los protagonistas del espectáculo y protegeremos la integridad del
juego.