El Emergente. La larga espera de La Guaira

Fecha:

Un primer balance sobre la eliminación de los Tiburones. Yerros, aciertos y la proyección hacia el futuro

¿En qué
fallaron los Tiburones? ¿Dónde están las claves de esta nueva eliminación? ¿Qué
queda para el rescate?

Muchos aficionados
litoralenses están disgustados. Todos están decepcionados. No pocos apuntan a los
dueños del equipo y al manager Tony DeFrancesco.
La divisa
fracasó, porque no ganó. Contra eso no hay argumento.
El primer
balance del alto mando es optimista, porque son más las clasificaciones que las
eliminaciones recientes. Pero el título no llega.
La
producción de talento se refleja en tres premios consecutivos al Novato del
Año. El galardón, en este caso, fue a manos de Carlos Sánchez.


Figuras indiscutibles vieron acción, como Salvador Pérez y Henderson
Álvarez. Pero reducir la eliminación a la progresiva salida de Héctor Sánchez, Ehire
Adrianza, Luis Sardiñas, Miguel Rojas, Edgmer Escalona, Pérez y Álvarez, detenidos
por orden de las grandes ligas, es evitarse la posibilidad de sacar algo en
limpio.

Sería igual
que achacar el mal resultado en enero a la falta de bateo de Alex Cabrera,
Carlos Sánchez, C.J. Retherford y René Reyes. Sí, se cayó la ofensiva, pero
¿hay un modo de que La Guaira llegue a la próxima campaña con mejores
pertrechos y posibilidades?
Los
escualos tenían problemas en el área deportiva. Acertaron al crear la gerencia
deportiva, que ocupa Jorge Velandia, y han ampliado la oficina, agregando
últimamente a Manuel Rodríguez, pieza gerencial de los Tigres durante su
dinastía.
Tenían problemas
con el pitcheo y han adquirido a Renyel Pinto, Jesús Delgado, Frank Mata,
Edgmer Escalona, Mauricio Robles, Eduardo Figueroa, Rafael Cova, Clevelan Santeliz y Gustavo Chacín.
Han tenido
problemas para conseguir buenos importados, como todos en la liga. Pero no ha
sido por falta de inversión. Los escualos contrataron a 28 forasteros, 26 de
los cuales vieron acción en la eliminatoria. Nadie trajo a más.
A los extranjeros
se les paga en dólares y se alojan en costosos hoteles de cinco estrellas. De
acuerdo con la investigación que publicamos el domingo, cada importado cuesta
en promedio 12.000 dólares mensuales en salario y unos 72.000 bolívares al mes en
alimentación y alojamiento. Así que se hizo la inversión. El problema medular debió
ser otro.
Hubo
fallos, sin duda. El alto mando está contento con Joe Thurston, como primera
escogencia en la ronda de sustituciones, pero tener al mejor bateador entre
todos los que pasaron por el draft no ayudó a que los Tiburones llegaran más lejos.
Luego, eso no puede ser un acierto.
El draft
mostró que todavía hay la tendencia de privilegiar la ofensiva sobre el pitcheo
o la defensa, a pesar de los cambios que se han venido haciendo para moderar
esa óptica gerencial. Hubo un momento de la eliminatoria en que la mitad de los
forasteros eran bateadores, cuando el staff sufría por falta de brazos.
Llama la
atención que los de afuera rindieran menos que los criollos con el madero o
desde la loma, y que el fracaso incluyera a prospectos como Trayce Thompson y
grandeligas como Anthony Gose. He aquí algo que probablemente tenga una segunda
lectura, más allá de la mala suerte. Esto es un punto que deberá evaluarse con
mayor profundidad, para determinar si ocurrió por alguna falla en las oficinas o
el fallo fue meramente deportivo, achacable a los jugadores.
¿Qué el
piloto DeFrancesco no fue el bigleaguer que esperábamos todos? Pura mala
suerte. Su contratación parecía buena al ser anunciada, y cuando estuvieron por
despedirlo, la novena empezó a ganar, por lo que no lo dejaron cesante. Luego,
en enero, era momento de tomar otras medias, no esa. No debe sorprender si no repite. 
El camino que
conduce a la salida de este largo desierto quizás sea profundizar el rumbo
emprendido hace algo más de dos o tres campañas: seguir fortaleciendo la
paralela, dar más poder a la gerencia deportiva, con Velandia, Rodríguez y José
Luis Mora al frente, y continuar a la búsqueda de pitcheo.
Esto último
pasa por un definitivo cambio de mentalidad, que dé prioridad al montículo y la
defensa.
El orden de
prioridades tiene que llegar también a la cueva. Los jugadores que se pongan el
uniforme deben casarse con la planificación y necesidades del alto mando.
Que no se
vuelva a perder un talento como el del Kid Rodríguez, que apenas lanzó un
inning en toda la zafra.
En este
momento amargo, hay muchas cosas que rescatar. El problema es que no hay tiempo
para fallar de nuevo. La queja de la afición guairista es justificada: son
demasiados años sin ganar.
Publicado en El Nacional, el martes 21 de enero de 2014.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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