El Emergente. El verdadero nivel del beisbol cubano

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Tres derrotas en tres salidas, pobres números y un desempeño colectivo por debajo de las expectativas. ¿Es este el nivel de la pelota en la Gran Antilla?
¿Cuál es el
verdadero nivel del beisbol cubano?
¿Fue
casualidad el mal inicio del Villa Clara en la Serie del Caribe, una mala racha
que cualquier equipo grande puede sufrir? ¿O el verdadero potencial de los
antillanos es inferior al de sus pares en la región?
El Clásico
Mundial y esta invitación al clásico de febrero son las primeras pruebas que
afronta la pelota de la isla frente a jugadores profesionales. Antes de este
siglo, los herederos de Martín Dihigo lo ganaron todo.
Hasta 1961,
nutrieron las grandes ligas con sus mejores talentos, una vez derribada la
barrera racial —cubanos de piel clara, como Adolfo Luque, actuaron en las
mayores prácticamente desde los orígenes de las mayores—.
También fueron
los primeros campeones en la Serie Mundial amateur, en la década de los años
30, y reinaron en la primera etapa de la Serie del Caribe, con siete de 12
títulos posibles, fundamentalmente en los años 50.
Después de
1961, cuando fue abolido el circuito profesional en la Gran Antilla, la
dictadura se trasladó a las competencias del campo aficionado. El uniforme rojo
subió a lo más alto del podio en campeonatos Panamericanos, Centroamericanos y del
Caribe, Mundiales y Juegos Olímpicos.


Había en
ese dominio, claro, un matiz no reconocido por las autoridades de ese país,
pero verdadero en los hechos: los beisbolistas de Cuba vivían para jugar pelota.
Aunque no tuvieran grandes contratos ni se codearan con Willie Mays o Hank
Aaron, eran todos profesionales.
El
movimiento olímpico trató de sincerar esa situación, que existía en muchos
deportes, a partir de la gestión de Juan Antonio Samarranch. El COI abolió la
palabra amateur de la Carta Olímpia y comenzó a convocar simplemente a los
mejores.
Esa es la
razón por la que el deporte del diamante no está presente en los Juegos de cada
Olimpiada: simplemente no pueden estar los mejores. Durante el verano boreal,
fecha habitual de la cita universal, la gran carpa está en pleno desarrollo y
es ella la que convoca a los más destacados.
Los últimos
cetros de los antillanos ocurrieron contra novenas armadas con jugadores de
ligas menores. El verdadero desafío comenzó en 2006, con el Clásico Mundial.
Cuba fue
subcampeón en la primera edición, derrotando a varias escuadras llenas de súper
estrellas, como la propia Venezuela. Pero en las siguientes dos ediciones, el
balance ha sido gris.
La ventaja
de estar en acción en esta época del año, cuando descansan las menores y las
grandes ligas, no volvió a ser el impulso para otro desempeño notable en el
torneo mundialista.
Se pensaba
que esa actividad ininterrumpida y venir con sus mejores hombres —pues la Serie
Nacional está en pleno desarrollo, allá— iba a dar un firme comienzo al Villa
Clara. Tampoco fue así.
¿Casualidad?
Magallanes cayó cinco veces seguidas en la ronda eliminatoria y logró el
bicampeonato.
Hassán Pena,
Cerrador del Año en la LVBP y uno de los setups turcos en Margarita, piensa que
no.
“El beisbol
en Venezuela es de mucho mayor calidad”, aseguró. “Encuentras pitchers con
mayor velocidad y bateadores con más poder. La calidad aquí es mejor que la de
allá”.
Pena sabe de
lo que habla. Nació en la isla y jugó dos años con los Industriales de La
Habana, uno de los grandes de esa pelota. No es mezquino. Asegura que aprendió
mucho con el conjunto habanero y admite: “Hace ocho años que salí, tengo mucho
que no veo ese beisbol”.
Pero hay
razones concretas en la exposición del relevista. Motivos que tienen sentido.
“Son un
buen equipo, saben jugar muy bien el beisbol”, indicó acerca de los Azucareros
y, en general, los clubes de la Serie Nacional. “Juegan muy parecido a los
japoneses: carrera por carrera, out por out. Así han salido adelante. El
beisbol americano hace énfasis en la fuerza; ellos, en las pequeñas cosas”.
Visto así,
pudiera pensarse que en la tierra de Lázaro Salazar y Conrado Marrero se sigue
jugando pelota caribe, la misma que hizo célebre a Pompeyo Davalillo y de la
que tan orgullosos se sienten nuestros padres.
El beisbol
ha cambiado. Villa Clara todavía puede ganar un torneo corto, si en verdad su
nivel es inferior al de sus pares de la región. O puede regresar y arrasar en
la siguiente edición, en San Juan de Puerto Rico, si su nivel es todavía competitivo.
Yuliesky Gurriel
y otros miembros de la selección nacional cubana están presentes en Margarita.
Muchas de las principales luminarias nacidas en aquel territorio no están,
porque militan en las mayores.
Desde
Yoenis Céspedes, Yasiel Puig y Aroldis Chapman hasta Onelki García, 21 cubanos
jugaron en la gran carpa en 2013. Decenas más actúan en las menores. Ninguno
puede defender los colores de su país, por las absurdas diferencias políticas
que nos separan.
Tampoco los
mejores venezolanos, dominicanos, boricuas o mexicanos actúan en el Stadium
Nueva Esparta. ¿Imaginan un equipo con Miguel Cabrera, Félix Hernández, Aníbal
Sánchez, Carlos González y Pablo Sandoval?
Así que la
ausencia de sus astros no es el motivo. Tampoco están presentes los astros de
los demás circuitos. Para llegar a Margarita, cada quien tuvo que superar sus
propias deserciones.
Hace seis
lustros, una expedición liderada por un joven Omar Linares vino a Venezuela para
topar de igual a igual con una selección nacional de profesionales, entre
quienes estaban David Concepción, Antonio Armas, Manny Trillo y Luis Salazar. Se
impusieron los visitantes.
Por aquel
entonces, todos los mejores peloteros de la Gran Antilla actuaban en la Serie
Nacional.
¿Tanto ha
cambiado el beisbol en Cuba? ¿Cuál es su verdadero nivel?
Lo sabremos
conforme avance la Serie del Caribe y conforme en años sucesivos sigan midiendo
sus escuadras con los equipos campeones de la región.
Publicado en el-nacional.com, el martes 4 de febrero de 2014.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

2 COMENTARIOS

  1. El problema es que el verdadero nivel del deporte en Cuba, no solo el beisbol, sufrio un declive demasiado pronunciado (no se si recuerdan cuando en los panamericanos los cubanos se ganaban las 12 medallas del boxeo ahora creo que ni a 3 llegaron). El aislamiento pasa factura..porque no es solo a nivel de las principales figuras..todos los peloteros que pasan por los circuitos del caribe ya tienen la experiencia de salir de sus paises e ir incrementando el nivel al cual compiten a medida que demuestran mas aptitutes..y el mencionado aislamiento existe por las razones que todos conocemos..los que se quedan en la isla van siendo cada vez mas los de menor nivel..

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