EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Los Marlins cambiaron a Luis Arráez, finalmente. El anuncio ya es oficial y era lo que muchos esperábamos. Miami es una organización a la deriva desde que rompió el proyecto que iba a encabezar Oswaldo Guillén. Y ya Ken Rosenthal había revelado en The Athletic que los Padres habían conversado seriamente con la gerencia de los peces sobre el venezolano durante el Spring Training.
Una duda y una certeza surgen de inmediato, luego de que Jeff Passan revelara la inminencia del canje en ESPN.com. Y la duda tiene que ver con el destino inmediato de Arráez. ¿Dónde va a jugar? Porque no parece existir un lugar disponible en el infield de San Diego para él.
La certeza que nos deja este pacto es lo más fácil de explicar. Los Marlins son una lágrima. Una organización en constante deriva. Cada cierto tiempo ha apostado al corto plazo, con éxito las primeras dos veces: en 1997 y en 2003. Aquellos equipos, ganadores de la Serie Mundial, fueron pronto desmantelados. Y la apuesta de 2012, con Guillén como arquitecto, duró el tiempo que tardó la comunidad hispana en reaccionar a las primeras declaraciones polémicas del piloto mirandino.
Se supone que Miami había encontrado la piedra filosofal en los latinos y el Caribe. El Clásico Mundial de Beisbol fue en 2023 una fiesta en el loan Depot Park gracias al público hispano. La Serie del Caribe fue en febrero pasado un negocio extraordinario por la misma razón. Anuncian nuevos acuerdos con LIDOM y la Confederación, negocian la visita del Caracas y el Magallanes para finales de este año y quieren organizar en más ocasiones el torneo regional.
¿Era eso la base para cortejar un nicho particular de la fanaticada potencial, para establecer lazos que llevaran a la creación de una legión de seguidores en español, que acompañe a la franquicia en el largo plazo? No. Todo es por simple negocio.
Y ojo, que si no hay negocio no hay beisbol profesional. Pero mientras otras divisas quieren ganar más dinero y reinvierten para ser más atractivas, los Marlins hacen esto de ahora, una y otra y otra vez.
Dejaron ir al slugger cubano Jorge Soler sin ofrecerle ni siquiera un modesto contrato como agente libre. Terminó en San Francisco por relativamente poco.
Salen de Arráez, la gran figura individual y un carismático nexo con la amplia comunidad venezolana en el sur de la Florida.
Y el próximo paso será cambiar al también venezolano Jesús Luzardo apenas esté sano para lanzar. ¿Quién apuesta a que no?
Es de una tristeza realmente lamentable. Una eterna (y supuesta) reconstrucción que ya va por los 12 años. ¿Reconstrucción por qué? ¡Si acaban de jugar sobre .500 y por fin disputaron los playoffs!
Pero Luis Arráez es lo que al final nos debe ocupar. El valioso bateador profesional, campeón bate con los Mellizos en 2022, campeón bate con los Marlins en 2023 y ahora candidato a otro hecho histórico, si logra ser campeón bate en 2024 y concretar tres coronas consecutivas con tres escuadras diferentes.
Ya entró al libro de récords como el único grandeliga que ha conquistado el cetro ofensivo en ligas distintas en años corridos. Ahí tiene otra tarea ciclópea a acometer.
Pero ¿dónde va a jugar?
Arráez es segunda base. Estuvo nominado al Guante de Oro hace dos campañas en primera base. Y puede defender la tercera, aunque hasta ahora no con igual soltura.
Los Padres acaban de mudar a la intermedia al multimillonario campocorto Xander Bogaerts, una de sus principales firmas de estos tiempos recientes. Lo hicieron para darle el short a Ha-Seong Kim, que ganó el Guante de Oro en 2023. En la inicial tienen a Jake Cronenworth, otro ex intermedista al que le buscaron nueva posición, llamado dos veces al Juego de Estrellas. Y la antesala ahora es de Tyler Wade, posiblemente el eslabón débil en esta cadena californiana.
El original dueño de la esquina caliente, el súper astro Manny Machado, ha alineado regularmente como bateador designado en 2024. Así que el manager Mike Shildt tiene delante de sí un verdadero rompecabezas, uno de esos «problemas agradables» que todos los pilotos dicen querer.
¿Le tocará a Machado volver a la tercera y sacrificar a Wade?
Solo parece haber una certeza, en medio de esta duda: Luis Arráez va a jugar. ¿Dónde? Ya lo dirá Shildt. Pero va a jugar.
«Este tipo es realmente sorprendente, es un gran pelotero», aseguró Fernando Tatis Jr. al enterarse del cambio, según reporte de ESPN.com. «Probablemente sea quien más se parece a Tony Gwynn en este momento, así que espero verlo en nuestra alineación… El tipo es un bateador puro. Y no puedo esperar a que empiece a ayudarnos».
Gwynn es la clave aquí. Sí, fue un jardinero, pero también es el más afamado jugador de los Padres en toda la historia. Caray, es que lo apodaban Míster Padre. Fue un connotado bateador de líneas, que se ponchaba muy poco y que en su tiempo ganó fama como uno de los maderos más inteligentes y habilidosos del beisbol. Como ahora Arráez. Y a fuerza de sumar hits resultó ser un toletero imprescindible en cualquier lineup. Como Arráez lo es, casi 25 años después.
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Foto: @marlins
saludos para que corrijan por favor que el segunda base de san diego es Xander Bogaerts no Jurickson Profar …..
Sí, Alejandro, fue un lapsus brutis de mi parte, pues es más que obvio que a él me refería. Gracias por avisarme
Es posible que arráez sea un atractivo para que San Diego consiga un pelotero necesario en el mercado beisbolistico…