Detroit entró en barrena, pero saldrá

Quieto en primera

Por Alfredo Villasmil
Franceschi

El beisbol es un juego de promedios. Los números que son muy
altos al final terminan normalizándose. Es imposible ganarlos todos, como
también los es perderlos todos.

Hay personas que dicen siempre: “en el beisbol vas a perder
siempre el 33 por cientos de los juegos, vas a ganar, porque sí, el otro 33 por
ciento y clasificas cuando ganas una gran cantidad de ese otro 33 por ciento”.

Quizá suene algo exagerado, pero si le metemos lupa y
descomponemos los guarismos la cosa se aclara sola.

Tomemos como ejemplo la temporada de Grandes Ligas. Ella
consta de 162 juegos, un tercio de ellos es 54 y muy pocas veces un equipo gana
menos de 54 partidos.

De hecho, la marca de 40-120 de los Mets de Nueva York en
1962 o los 119 perdidos y solo 43 ganados de los Tigres de Detroit en 2003 son
excepciones, por eso son récords. Generalmente no es así.  Por eso no hay que angustiarse cuando un
equipo como los Tigres de Detroit entra en barrena.

Los dirigidos por Brad Ausmus estaban con 15 juegos por
encima de .500 para el 18 de mayo. Lucían demasiado blindados y robustos, pero
el equipo, en algún momento, tenía que detener ese ritmo arrollador.

Claro, luego que salgan de este slump van a recuperar su
ritmo normal de juego y terminarán en la punta, pues a nuestro modo de ver las
cosas, son el mejor equipo que hay en la división Central de la Liga Americana.

Para la fecha mencionada contaban con 27-12. Desde entonces
han jugado para 6-15, con un tercio de esas caídas por un margen igual o
inferior a dos carreras. ¿Qué ha ocurrido? Pues en algunas ocasiones se ha
caído el bullpen, en otras ha fallado la defensiva y en otras no han dado el
batazo ofensivo. O sea, han pasado cosas normales del beisbol.

“Si este fuera un grupo de novatos me preocuparía tal
situación. Y me preocuparía de que se produjera un efecto de bola de nieve. No
pudimos ganar ni el domingo ni el lunes tampoco. No creo que esta crisis se
vaya a prolongar en el tiempo”, dijo el mánager Brad Ausmus, una vez finalizado
el compromiso del lunes contra los Medias Blancas de Chicago.

En este juego, Miguel Cabrera, Víctor Martínez y Eugenio
Suárez se fueron para la calle, el equipo conectó 10 hits, pero cometieron tres
errores a la defensiva y al abridor le anotaron cinco carreras. Cuando no es una es otra.

En la serie contra los Azulejos, para poner otro ejemplo, en
la que fueron barridos por los canadienses, Cabrera bateó para .091, con un
solo hit, jonrón, productor de una carrera.

¿Este es el promedio general de Cabrera? ¡No! Todos sabemos
lo que es capaz de hacer. Pore so a veces, más allá de cualquier cosa, un
equipo necesita entereza para resistir las crisis y Detroit cuenta con el
talento y la experiencia necesarios para acometer este mal momento.

¿Qué se puede esperar de Joba, Nathan, Alburquerque y todo
el grupo de relevistas de los Tigres? Pues que se acomoden. Y creemos que lo
harán. Lo mismo se puede decir de los iniciantes. Es cuestión de tiempo.

Listo, se acabó el juego.

AVF

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