Emergente
Serrano
Si la Ley
de Deporte no obliga a las ligas a realizar controles antidopaje ni a luchar
contra el uso de sustancias ilícitas, una tarea que corresponde al ministerio del
área, ¿por qué la Liga Venezolana de Beisbol Profesional emprendió el año
pasado la complicada tarea de diseñar una política de controles?
un juego limpio de verdad”, responde Oscar Prieto Párraga, su presidente.
razones de sospecha en torneos anteriores. Hubo intentos fallidos de ejercer
controles, también. Algunos peloteros dieron positivo en las últimas pruebas
realizadas por el IND y la noticia se mantuvo en reserva.
Cabrera se convirtió en el primer líder jonronero con 40 años de edad en la historia
del deporte profesional, en cualquier circuito del mundo, y semanas después, fue
suspendido en México, al aparecer trazas de esteroides en sus muestras de
orina.
que todo eso trajo, la mala imagen que ha sufrido el espectáculo, llevó a la
liga a tomar la iniciativa de diseñar su propia política para luchar contra el
uso de sustancias dopantes. Prieto Párraga lo considera un logro. Y es cierto,
tiene razón.
se llevó a cabo durante la justa recién finalizada “fue excelente”, resumió el
ejecutivo. “Hubo gran disposición y receptividad de los equipos y los peloteros”.
alrededor de un centenar de muestras. Alrededor de una decena de casos
resultaron positivos.
proceso, ese logro formidable, ese paso ejemplarizante frente a otras ligas
locales, está a punto de desvanecerse ante la posibilidad de que se mantengan en
secreto los nombres de los infractores.
de demorar las suspensiones para la campaña entrante, quizás inevitable, puede
permitir irregularidades, que deben obligar a pensar en tomar medidas
adicionales con vistas al futuro.
(Toda suspensión al inicio de un torneo obliga a colocar al jugador amonestado en el roster de la primera semana. Normalmente, son muchos los peloteros que no ven acción en octubre o noviembre. Un sancionado que planee reportarse en diciembre puede cumplir el castigo sin en realidad cumplirlo, al aparecer en el roster inicial de octubre y dejar que corra el tiempo de la sanción mientras él continúa tomando sus vacaciones, como tenía previsto hacer desde un principio. Finalmente, se reportaría en la fecha en que lo había planeado, sin perjuicio para él. Es un ejemplo de cómo se puede evadir la pena en las actuales circunstancias.)
suspenderlos “de incógnito”, como ha sugerido el presidente de la LVBP, sin dar
conocer quiénes son los castigados, entraña mayores peligros.
nada, es una violación al propio reglamento, que en su artículo 26 ordena al
Comité Antidopaje hacer públicos los casos positivos, una vez que estén firme y
definitivamente probados.
así es una concesión con aquellos que han puesto en riesgo la imagen del deporte
que amamos, el deporte en el que cientos de peloteros se ganan el pan y su reputación
de un modo limpio y sin trampas. La suspensión entraña una sanción moral que
pesa y ayuda tanto como la sanción reglamentaria.
incógnito implica castigar a los infractores, pero permitirles mantener el
reconocimiento público por lo hecho en la pasada zafra, los aplausos y la
admiración por los números que malamente consiguieron.
no saber qué importados cayeron, puesto que la mayoría, sino todos, no estarán
aquí en la venidera justa.
mucho más delicado: será indefendible la idea de que se está luchando por un
juego verdaderamente limpio. ¿Cómo asegurar que alguien es inocente, si no está
claro quiénes son los culpables, sabiendo que los hay? ¿Cómo borrar la sospecha
general de que hay algo que se quiere ocultar, así no sea esa la intención?
directiva y el Comité Antidopaje están integrados por personas de bien,
honestas y honorables. Que lo sepa la afición. Que se aplique el reglamento,
para bien de nuestro beisbol.