del país, crearon empleos y formaron decenas de bigleaguers. El sistema está a
punto de colapsar, luego de la marcha de otra divisa, los Marineros de Seattle
Magglio Ordóñez, cuando soñaba con llegar a las Grandes Ligas |
Magglio Ordóñez, el campeón bate de la Liga Americana en
2007 y uno de los mejores peloteros venezolanos de todos los tiempos, no habría
llegado a las mayores de no ser por la creación de las academias de Grandes
Ligas en Venezuela, esas que hoy están en un lánguido proceso de extinción.
Ordóñez era un joven deportista portocruzano, habilidoso con
el balón de fútbol y entusiasta del beisbol, que a los 17 años de edad soñó con
formar parte del batallón de reclutas formados en el campamento de los Astros
de Houston, en Guacara.
No tenía suficiente talento, según los scouts. Allá por
1991, el legendario Andrés Reiner había dotado a los siderales de una pléyade
de nativos hambrientos de triunfo y con habilidades especiales para los
diamantes.
Mora, Carlos Guillén, Freddy García, Johan Santana y otros.
como los demás. Nunca fue un legítimo prospecto, en realidad. Se hizo a sí
mismo, a fuerza de determinación, trabajo y empeño.
Quizás eso último fue lo que cautivó a los Medias Blancas de
Chicago, que entonces iniciaban operaciones en Venezuela y tenían espacio de sobra en su nueva academia. El toletero derecho podría ser uno
más en el grupo, porque la nómina no estaba completa. Si los texanos tenían
razón, nada perdían. Si triunfaba, sería un bono.
2002 sumó cuatro temporadas sobre 30 jonrones y 100 empujadas. Se retiró en
2011, convertido en un ícono de los Tigres de Detroit, y levantó a una familia con un
sueldo bien ganado, que llegó a ser millonario.
reluciente nombre que se labró en su carrera como pelotero.
campeón bate de la Liga Americana en 2014, debió rogar por una oportunidad, a
mediados de la década pasada. Demasiado bajito, decían todos los scouts. No
podrá triunfar.
convencer a los Astros para darle una oportunidad a Altuve. Allí, en la
academia de Guacara, podría mostrar de qué era capaz. Si bateaba tanto como
decían sus mentores, podrían llevarlo a Estados Unidos, para que comenzara su
recorrido en las menores.
marcha de los Marineros de Seattle y el cierre de su academia en Aguirre. La
noticia, conocida ayer, deja en cuatro el número de organizaciones de la MLB en
el país. Eran 23 en 1999, en pleno auge de la Venezuelan Summer League.
conquistado los criollos en las Grandes Ligas se deben directamente al impacto
de las academias en el país.
y los sueños de miles de muchachos que cada vez tendrán menos oportunidad de emular
a Ordóñez o Altuve.
El dato:
El periodista Efraín Zavarce recuerda el caso de Luis Valbuena como otro ejemplo citable. El zuliano llegó a la academia de los Marineros como un empleado más. Terminó mostrando sus habilidades atléticas, convirtiéndose en pelotero profesional y llegando a las Grandes Ligas. Hoy juega con los Astros de Houston
Ignacio: Magglio no es portocruzano (Puerto La Cruz) él es de Coro