El slugger Luis Jiménez es uno de los nombres más sonoros y con más historia en la primera edición de la Liga Mayor de Beisbol Profesional. Y aunque aún no ha dado los batazos que se esperan de él, celebra su condición física y la posibilidad de contribuir con los Senadores de Caracas del modo que lo hizo este viernes e Maracay.
Jiménez pasó por las Grandes Ligas, con los Marineros de Seattle, y es un consumado jonronero en la LVBP. De hecho, no hay zurdo con más cuadrangulares que él en el circuito invernal.
Pero se perdió la temporada 2020-2021, afectado por el coronavirus y sus severas consecuencias, que todavía acusa.
«La verdad es que me sentido mucho mejor, a pesar de la situación del covid que tuve, de todo lo que pasó, y que tengo dos años sin jugar», declaró a través de LMBP TV. «Me he sentido excelentemente bien. Sigo trabajando, sobre todo con las carreritas, para los pulmones».
Jiménez dio un hit empujador de dos carreras este viernes, actuando como bateador emergente. Le ganó la mano al manager de los Líderes de Miranda, Carlos García, que aplicó la fórmula que con tanta frecuencia no funciona contra él: ponerle enfrente a un pitcher de su mano.
«Me he sentido muchísimo mejor, más alegre, más confiado», abundó el toletero.
Jiménez todavía no consigue vuelacercas en la nueva liga de verano. Un doblete es su único extrabase. Pero cree que lo de este duelo ante Líderes es un buen augurio, fruto del trabajo que viene haciendo.
«He trabajado bastante con (el coach de bateo) Néstor Smith«, señaló. «También con Oswaldo (Arcia). Y Albertico (González) me dio un bate rosado… he estado haciendo las mil y una cosas. Porque el que persevera, vence».
Un largo elevado y un roletazo al cuadro completaron su jornada con el madero, pues se quedó en el juego como designado.
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«No es lo mismo estar en tu casa que estar trabajando en otras ligas», apuntó. «Pero aquí estamos todos, complementándonos. Desde el más novato hasta el más veterano. Y quiero exhortar a la gente a que se cuide. Independientemente de que seas gordo o flaco, atleta o no, el covid no juega. Estuve casi dos meses en eso y es fuerte. Y luego, las secuelas, son fuertes también».
Por Ignacio Serrano
