El manager Aaron Boone llegó a estar en la silla caliente durante los drásticos altos y bajos que los Yanquis sufrieron en esta temporada. Pero el equipo envió un claro mensaje este martes, al sorpresivamente renovar su contrato por tres años más.
El acuerdo, que mantendrá a Boone al frente de Nueva York al menos hasta 2024, incluye una opción por 2025. Y la noticia, divulgada primero por Jack Curry, de la cadena YES, se regó de inmediato.
El ex infielder tiene cuatro campañas al frente de los Bombarderos del Bronx. Si completa este convenio, llegará a ocho, un período que iría de 2018 a 2025.
Su marca global es de .601, con 328 victorias y 218 derrotas.
Se trata de la primera piedra que el gerente general Brian Cashman pone para cimentar la nueva versión de los Yanquis.
Ya Hal Steinbrenner, el principal propietario del club, había manifestado su apoyo a Boone. A mediados de calendario, en el peor momento de los neoyorquinos, recordó que zafarse de un piloto a mitad de camino nunca le funcionó a su volátil, polémico y célebre padre George Steinbrenner.
Este paso, sin embargo, no estaba garantizado. Termina, pues, el tiempo de las especulaciones de aficionados y prensa.
LAS TAREAS PENDIENTES
Los medios de la Gran Manzana de inmediato se abocaron a reportar el estado de la «Nación Yankee», a raíz de la noticia.
Lo primero será acometer el shortstop. Es una posición abierta en este momento, declaró Cashman a Anthony McCarron, de la cadena SNY.
Hay varios agentes libres de renombre en puertas para las paradas cortas. Estrellas como Trevor Story y los puertorriqueños Carlos Correa y Javier Báez.
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Lo segundo, aunque igual de importante, es la receptoría. La defensa del dominicano Gary Sánchez sigue bajo la mira y parece que su tiempo detrás del plato en el Bronx se agotó.
«Sé que Gary se ha esforzado mucho», admitió Cashman a Mark Feisand, de MLB.com. «A veces, los resultados no han estado ahí. Pero estoy orgulloso de que tengamos a un hombre con mucho corazón, muy esforzado».
Por Ignacio Serrano
