El dominicano Manny Ramírez se convirtió en el cuarto jugador latino en ingresar al Salón de la Fama de los Guardianes de Cleveland.
Ramírez se unió a los boricuas Sandy Alomar (2009) y Carlos Baerga (2013) al venezolano Omar Vizquel (2014) y el californiano descendiente de mexicanos Mike García (2007).
Ramírez en la ceremonia de este año, dijo que en la vida hay que divertirse para triunfar, así lo hizo durante su carrera de 19 años que inició con los Indios de Cleveland en 1993.
“La vida se trata de divertirse, y luego, cuando tienes que trabajar, lo haces. Porque no sabes cuándo vas a morir. Podrías morir hoy, ahora mismo. Podría morir hoy. Tienes que vivir la vida como si fueras a morir hoy sin lastimar a nadie. Eso es todo. Divertirse. Disfrutar.»
Ramírez, de 51 años, nació en Santo Domingo, quien entró primero al Salón de la Fama de los Medias Rojas (2011 a 2008) regresó este fin de semana a la ciudad donde inició su carrera.
“Es un honor volver a la casa que construí, Jake, sé que le cambiaron el nombre, pero estoy feliz de estar de regreso”, manifestó Ramírez. “Estoy feliz de estar de vuelta en la ciudad y en el lugar donde crecí”.
Ramírez agradeció a la organización y a sus compañeros de equipo, incluidos Sandy Alomar Jr., Carlos Baerga, Charles Nagy y el manager Mike Hargrove.
“Especialmente Sandy, Carlos, Julián Tavarez, un montón de muchachos, que cuando yo estaba creciendo eran como figuras paternas para mí”, reseñó Ramírez. “Me ayudaron mucho y aprendí mucho de ellos”.
Ramírez, se dirigió a los fanáticos a quienes agradeció por apoyarlo en toda su carrera, en las buenas y en las malas. “A pesar de todos mis errores, ustedes se han quedado conmigo”, dijo Ramírez. «Dios lo bendiga.»
A Manny lo acompañaron en la ceremonia de inducción al Salón de la Fama de Cleveland, su familia, incluida su esposa Juliana y sus hijos Manny Ramírez Jr. y Manuelito Ramírez, así como su madre Onelcida.
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El Salón de la Fama de los Guardianes de Cleveland se estableció en 1951 para reconocer a aquellos jugadores que alcanzaron la grandeza en un uniforme de Cleveland.
Seleccionados por un comité formado por historiadores del béisbol, escritores, locutores y ejecutivos, los miembros deben haber estado activos al menos tres temporadas para Cleveland y estar retirado al menos un año. Consta de 45 jugadores.
En 2009, la organización estableció el Salón de la Fama Distinguido para honrar a aquellos que no vestían uniformes, el personal que cuyas contribuciones tuvieron un impacto significativo en la fortuna de la franquicia.
Foto: @cleguardians
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