Por Ignacio Serrano
Everson Pereira, el joven venezoano que este jueves descargó un sólido doblete para sumar su primer hit en las Grandes Ligas, es un talento del que los Yanquis esperan mucho y por quien han empezado a interesarse las principales evaluadoras de prospectos en la MLB.
Pereira necesitó tres juegos para conseguir un cohete en el Big Show, lo que le permitió guardar su primer souvenir. Pero en cada una de sus jornadas ha hecho algo resaltable.
En el primero, el martes, consiguió una asistencia desde el left y se unió a Aaron Judge y Harrison Bader para convertirse en el primer trío de jardineros de los Yanquis, desde 1980, que suma asistencias desde cada una de las praderas del outfield. En el segundo, logró su primera anotada y su primera empujada. Y ahora descarga su primer indiscutible, que es también su primer extrabases.
LA FIRMA DE PEREIRA
Pereira es un predestinado. Firmó en 2017, con 16 años de edad, y recibió 1,5 millones de dólares tan solo para dar el salto al profesional.
Desde entonces cautivaba a los scouts, por su proyección ofensiva, por la posibilidad de desarrollar poder y una defensa más que adecuada en los jardines.
También firmó con Cardenales en la LVBP, pero todavía no se estrena con el uniforme de Lara. Lo esperan en Barquisimeto, ciudad que le es propia, ya que es oriundo de Cabudare.
Su paso por las Menores sirvió para consolidar las opiniones iniciales. Bateó con consistencia (.279 de por vida y .300 exactos entre Doble A y Triple A, este año), con disciplina (.353 en promedio de embasado, con .373 en 2023) y poder (.501 de slugging, con .548 en esta temporada).
Mejor que eso es su edad: a los 22 años de nacido, se espera que siga desarrollando su cuerpo y sus habilidades.
LOS SCOUTS
Baseball America le dio la casilla 78 entre los mejores prospectos de 2023. Y MLB Pipeline, el sitio especializado en talentos jóvenes en la página oficial de las Grandes Ligas, le otorgó la tercera plaza en las granjas del Bronx.
«Cuando se convirtió en profesional, Pereira se proyectaba como un bateador de gran potencial, con poder promedio», dicen en MLB Pipeline. «Pero ese perfil se ha revertido a medida que ganó músculo significativamente y comenzó a perseguir los jonrones. Tiene un rápido swing y golpea la pelota con más fuerza que la mayoría de los reclutas de los Yanquis, aunque su enfoque agresivo también ha resultado en más ponches».
Lesiones y la pausa de la pandemia estorbaron en su desarrollo. Pero sacudió 20 cuadrangulares en 2021 y llevaba 18 al ser llamado por los Bombarderos para su graduación.
No solo eso. A su average de .300 añadió nada menos que 37 extrabases en 81 encuentros, casi uno por juego. Era inevitable que unos Mulos en descenso le dieran una oportunidad.
Ahora está en las Grandes Ligas. Y la promesa, al parecer, pasa por darle el chance de demostrar todo lo que es capaz de hacer.
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(Ignacio Serrano)
Foto: captura de MLB Network
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