Por Marcos Grunfeld
Alfredo Pedrique trabajaba en 2006 como asistente especial a la gerencia general de los Astros de Houston. En un viaje a Venezuela, el scout Wolfgang Ramos le presentó a un joven de 1,65 metros llamado José Altuve para que lo viera jugar. Fue el último de muchos tryouts a los que asistió aquel joven de 16 años que aspiraba firmar con una organización de las Grandes Ligas, después de que todos le cerraran la puerta por su baja estatura.
El exmiembro de la guerrilla de los Tiburones de La Guaira ha echado aquel cuento varias veces. Lo que nunca había hecho era recordar aquel episodio sentado junto con su jefe de entonces, Tim Purpura, quien fue el gerente general de los siderales que aceptó contratar al porteño.
«Cuando comencé en el béisbol todo el mundo decía que debíamos firmar a tipos altos, especialmente a lanzadores derechos. Eso lo podíamos hacer cuando teníamos malas temporadas porque nos tocaban los puestos altos del draft. Cuando empezamos a mejorar, tuvimos que cambiar la filosofía y ahí es donde encaja José Altuve».
TIM PURPURA A THE BEATWRITER / EL EMERGENTE
Había una voz en la academia de los tejanos en Venoco que se oponía a la firma del camarero. Pablo Torrealba varias veces le advirtió a Pedrique que el alto mando del club le iba a dar problemas. El antiguo infielder retó la opinión de su colega y le permitió a José Altuve mantenerse los 30 días permitidos en la sucursal de la extinta Venezuelan Summer League.
El «Pequeño Gigante» sobresalió en todo, desde su desempeño en el campo hasta las clases de inglés y llegó el día de tomar decisiones. El entonces ejecutivo se reunió con seis personas más en una habitación y el único que se opuso fue el expitcher larense.
«Él solo decía que quería una oportunidad», añadió Pedrique en el documental 5 pies, 7 pulgadas presentado en The Beatwriter, el jueves. «La verdad hizo todo bien, él decía que no le importaba el bono ni el dinero. Solo quería jugar béisbol».
El scout venezolano fue al hotel donde se hospedaba y habló con Purpura. En principio, trató de persuadir a su jefe diciéndole que la entonces promesa era más alto de lo que realmente era. En su reporte inicial escribió que medía entre 1,67 y 1,70 metros, hasta que se sinceró.
Lo cual resultó ser un enorme acierto.
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«José Altuve es un ganador y nunca le quitarán eso. La historia se seguirá escribiendo de lo que puede ser y lo que será».
TIM PURPURA A THE BEATWRITER / EL EMERGENTE
(Marcos Grunfeld)
Foto: @Astros
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