Por Roberth Pérez
Los Tiburones de La Guaira derrotaron este miércoles, 7-5, a los Cardenales de Lara, para poner la serie 3-0 y ya casi acarician el trofeo. Los escualos están a punto de ganar su primer título en la LVBP desde la temporada 1985-1986.
Una vez más, los Tiburones combinaron sus fortalezas (bateo, pitcheo abridor y defensa) para someter a los pájaros rojos, que están exactamente igual de perdidos cómo al inicio del Round Robin.
EL DUELO:
Por el conjunto crepuscular, el as Max Castillo tomó la pelota, pero no tuvo una buena noche. Lanzó cuatro innings y permitió seis carreras limpias, cargando así con la derrota.
Por los Tiburones, subió al montículo el dominicano Emilio Vargas, quien debutó con una salida de calidad. Lanzó seis entradas, permitió cinco hits, dos carreras, dio tres bases por bolas y ponchó a dos.
LA FIGURA:
Vargas merece este reconocimiento, ya que dominó a la ofensiva de Cardenales, que venía de hacer 10 carreras el juego anterior y también bateó contra los relevistas. La apertura de calidad del dominicano fue muy valiosa y encaminó la victoria del conjunto litoralense.
LA CONTRAFIGURA:
Esta indeseada distinción es para Castillo, quien no tuvo una actuación terrible, pero definitivamente no fue la presentación que su equipo necesitaba y esperaba. Las seis carreras que permitió fueron suficientes para que los Tiburones se llevaran la victoria.
EN POCAS PALABRAS:
“No me sentía al 100 por ciento, pero gracias a Dios las cosas salieron bien. Los encargados de darme la información sobre el lineup rival hicieron un gran trabajo”.
Emilio Vargas a Televen
LA CLAVE:
Los Cardenales dejaron a 11 corredores en las bases y eso les terminó pasando factura. No consiguieron un extrabase oportuno ni un batazo grande para fabricar un rally.
DESTACABLE:
Brayan Rocchio volvió a responder con las bases llenas, pues conectó un doble y remolcó dos carreras. Yasiel Puig se fue de 5-3, con un doble, un cuadrangular, dos carreras impulsadas y dos anotadas.
Por Cardenales, Gorkys Hernández se embasó en todos sus viajes al plato. Se fue de 3-3, con dos bases por bolas, una impulsada y una anotada.
BREVES…
La rotación de abridores de Cardenales lucía muy bien de cara a la final, pero hasta ahora ha sido quizás el aspecto más decepcionante del equipo, pues han permitido 12 carreras en 11.2 innings… Luis Torrens remolcó otra carrera y ya tiene 18 en la presente postemporada… Arnaldo Hernández volvió a permitir anotaciones, pero se acreditó el juego salvado… la boletería fue de 14.296.
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Foto: prensa Tiburones
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